Jorge Martillo Monserrate.- A las 23:35, Susana Paredes no aguantó más y exclamó: "Gracias a Dios es viernes". Luego se lanzó a bailar a la pista con sus amigas. La noche parecía de los ochenta cuando las niñas -de 10 a 14 años- no meneaban sus caderas al son del reggaetón pero eran fans hasta la histeria de bandas como Los Chamos y Los Chicos y más aún del grupo Menudo de Puerto Rico.
El viernes en la fiesta retro de la discoteca Fizz, un público, en su gran mayoría mujeres de 30 años y más, voló  al pasado cuando volvió a escuchar, bailar y ver en pantallas gigantes a Menudo cantar: "A volar, vamos a volar/La aventura ha comenzado/No se sabe qué va a pasar/La vida es todo un ritmo/En esta discoteca no se puede parar". De eso se trataba, de bailar sin parar.