La flexibilización de las restricciones de viajes y comercio aprobadas por el Congreso de EE.UU. generó regocijo en los cubanos.
Aunque La Habana aún no reaccionó y los medios locales, bajo control estatal, no informaron de la decisión, los cubanos que se enteraron por varias vías la celebraron, aunque otros se mostraron cautos.
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La medida abrió la posibilidad a los cubano-estadounidenses de viajar a la isla a visitar familiares una vez al año, en vez de cada tres, elevó la suma que pueden gastar a diario de 50 a 179 dólares, y permite hacer negocios con La Habana en alimentos y medicinas sin tener que pagar por adelantado en efectivo, como hasta ahora.
La ley, aprobada el martes y que ya fue sancionada ayer por el presidente de EE.UU., Barack Obama, revocó medidas adoptadas en el 2004 por el entonces presidente George W. Bush para reforzar el embargo que Washington aplica contra Cuba desde 1962.
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Aunque el Departamento del Tesoro minimizó el alcance en el plano comercial, en el caso de los viajes es altamente sensible porque cerca de un millón y medio de cubanos reside en ese país, emigrados por razones políticas y económicas.
“Es excelente porque ahora veré a mis familiares con más frecuencia”, dijo Adriana Sánchez, trabajadora de un hotel de La Habana. “Tiene efecto positivo por los problemas familiares, pero desde el punto de vista de la política hacia Cuba no se habrá producido un cambio significativo”, señaló el académico Luis Fernández.
El exilio cubano en Miami se mostró dividido sobre la medida. “Siempre nos opusimos a las sanciones del 2004 de EE.UU. sobre Cuba, por lo que este es un paso en la dirección que queremos, pero no suficiente”, dijo Ramón Saúl Sánchez, del Movimiento Democracia.
“Esta es una especie de concesión a una dictadura”, señaló por su parte Ninoska Pérez, presidenta del Consejo por la Libertad de Cuba, para quien se trata de una medida que “solo favorece a un grupo de personas” a las que el gobierno cubano permite viajar a la isla.
En ese sentido, explicó que “no todo el mundo tiene ese privilegio (de viajar a la isla)”, y resaltó que existen numerosos cubanos residentes en EE.UU. a quienes el régimen cubano no les concede el visado.
Apuntes: Gabinete y viajes
Después de los cambios
La decisión del Congreso de EE.UU. ocurre una semana después de la reestructuración del Gobierno cubano, con la destitución del vicepresidente de Gobierno Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque, acusados por el líder Fidel Castro de “ambiciosos” y de cumplir “un papel indigno”.
De la isla a EE.UU.
En Cuba la posibilidad de viajar a los Estados Unidos está condicionada por el permiso de las autoridades de la isla y, sobre todo, por el turno de visados que da la Sección de Intereses estadounidenses en La Habana (SINA), previa solicitud de los familiares en el país norteamericano.