Las dos principales ciudades del país buscan posicionarse en esta atractiva especialidad del turismo que crece a nivel mundial. Las cifras son alentadoras: este año, los congresos y convenciones internacionales celebrados en Quito significaron más de $ 16 millones en ingresos para la ciudad, según el Buró de Convenciones local, que agrega que la cantidad de eventos internacionales celebrados en la capital creció de 53 congresos, seminarios, conferencias y convenciones en el 2007 a 74 cumplidos en el 2008, es decir, aumentaron en 40%. Dichos encuentros contaron con la participación de más de 34.000 personas, que en promedio gastaron $ 160 diarios cada una. Por ello, Mariano Proaño, presidente de esa entidad encargada de impulsar los viajes de convenciones hacia la capital, tiene claro que Quito debe seguir apostando fuertemente para continuar creciendo como destino de congresos, cuyo principal protagonista es un viajero que gasta tres veces más que un turista común, según el Centro de Planificación y Estudios Sociales (Ceplaes). Adicionalmente, según cálculos de la Organización Mundial de Turismo (OMT), el 40% de los participantes en esos eventos regresa al país sede con sus familias o amigos. Proaño menciona como fortalezas locales la actitud natural de los quiteños para ser amables anfitriones, además de la calidad de los escenarios capitalinos, muchos de ellos que operan en antiguos edificios restaurados por el Municipio local a través del Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural (Fonsal). La capital se destaca de otros destinos por contar con 28 edificios adecuados para tal fin, como conventos, iglesias, centros culturales y museos, además de una amplia cantidad de hoteles y salones de recepciones privados. “El mercado de congresos está en pleno crecimiento en América Latina, porque antes se pensaba que viajar para celebrar eventos era demasiado caro”, indica Walter Méndez, consultor, mercadólogo y comunicador que gerencia la empresa ATP (Asesorías Técnicas y Profesionales), con sede en San José y Miami (EE.UU.) y dedicada desde 1989 a celebrar congresos en distintos destinos de América Latina. Méndez fue el invitado principal de la casa abierta Quito abre sus puertas, celebrada el 12 de noviembre en el centenario y recién renovado Centro de Convenciones Eugenio Espejo (antiguo hospital Eugenio Espejo), con la participación de 56 expositores, entre hoteles, centros de eventos, aerolíneas, empresas de catering, operadoras y entidades públicas que presentaron la oferta de ese destino para atraer la demanda nacional y extranjera. Méndez explica que hay aspectos importantes que un lugar debe ofrecer para aspirar a crecer como destino de congresos: infraestructura (atractivos y servicios para el turista), supraestructura (carreteras, trenes, aeropuerto), buena calidad de vida (justicia social, calidad del aire, educación y seguridad), saludable economía local (principal fuente de riqueza de los habitantes: agricultura, industria, comercio, turismo) y segmentación (fortalezas del destino para establecer qué tipo de eventos podría acoger). Aspiraciones guayaquileñasEl Puerto Principal posee importantes y modernos edificios que le permiten pelear fuertemente un espacio en el mercado internacional de eventos. André Barona, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Provincial de Turismo del Guayas, indica que la ciudad está creciendo en ese aspecto gracias a su buena conectividad aérea y el nuevo y moderno Centro de Convenciones de Guayaquil Simón Bolívar, el cual está a cinco minutos del aeropuerto y a diez de los principales hoteles de lujo de la urbe. Sin embargo, aclara que la ciudad no cuenta con estadísticas sobre tal crecimiento y que se hace necesaria la creación de un buró de convenciones que se encargue estrictamente de posicionar a Guayaquil en el mercado internacional de eventos corporativos. ¿Cuáles son las ventajas que presenta la urbe en ese mercado? Barona explica que la posición de Guayaquil como centro geográfico del Ecuador, país que a su vez está en la mitad del mundo, provoca una “accesibilidad sin par en lo que respecta a productos turísticos y destinos en un radio de tres horas en vehículo fuera de la ciudad”. Además, son ventajas que la urbe esté a nivel del mar y con un clima agradable todo el año, y que Guayaquil sea la capital financiera y comercial del país. Explotar el mercado de eventos “le significaría a la ciudad un valor neto de $ 65 millones para la economía, además del efecto multiplicador que habría en la generación de empleos”. Y, por lo tanto, de riquezas para los habitantes de la ciudad y el Ecuador. (M.P.)