A la recepción en el hotel Hilton Colón asistieron 600 invitados. Hubo seis estaciones de comida variada.
Una noche llena de sorpresas, emociones, lágrimas y mucha felicidad fue la que se vivió el pasado viernes en el matrimonio eclesiástico de la conductora del programa ‘Fama o drama’, de TC Televisión, Gabriela Pazmiño con Dalo Bucaram.
A las 21:15 llegó el novio a la iglesia evangélica Galilea, en Urdesa, de la mano de su madre María Rosa Pulley. Quince minutos después, en medio de sirenas y el aplauso de muchos de sus seguidores, arribó Gabriela, vestida de blanco, con velo y corona. Una pantalla gigante proyectaba la ceremonia.
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A la novia la entregó su padrastro, Hugo Castillo. La boda la ofició Eduardo González, ex presentador que dejó la televisión para ser pastor.
Mientras sonaba la música de piano, los novios no dejaban de mirarse. Gabriela hizo sus votos matrimoniales a través de una canción que había compuesto que resumía su relación de ocho años con Dalo y sus tres hijos; ambos derramaron lágrimas y él secó las de ella con su pañuelo. El novio, en cambio, puso un video que recogía los mejores momentos vividos en familia y su conversión al cristianismo evangélico; entre lágrimas, prometió amarla y cuidarla toda la vida.
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Sus hijos (Dalia, María Gabriela y Abdalá Jesús, el último en brazos de María Fernanda, hermana de la novia) portaron los anillos; Dalo bromeó simulando que a Gabriela no le quedaba. Y cuando un beso parecía poner fin a la boda, en la pantalla gigante apareció el ex presidente Abdalá Bucaram, para felicitar a su hijo, luego de haber visto en vivo la ceremonia en Panamá.
Luego vino la recepción en el hotel Hilton Colón, a la que asistieron 600 invitados, entre los que se encontraban: Flor María Palomeque, Richard Barker, Pablo Mario Ansaldo, Dalemberg Ballesteros, Xavier Pimentel, Carolina Ossa, Emilio Pinoargotti, Andrés Pelaccini, Polo Baquerizo, Luly Ossa, Maluly Valdiviezo, entre otros. La mamá de Gabriela hizo el brindis y la novia salió a bailar el vals con su padrastro.
En el salón se ubicaron seis estaciones de comida: sushi y tailandesa, asiática; internacional de piqueos (como pulpo a la oliva y pastel de berenjena); de piqueos italianos; árabe, y la de bufete caliente, donde había pavo, corvina, lomo, raviolis de pangora, risotto al fungi y guarniciones variadas.
A la entrada hubo una mesa con 3.000 dulces, entre trufas, chocolates, frutas de mazapán y una torta de cinco pisos bañada de chocolate y decorada con naranja. Varias islas ofrecían diversidad de licores.
Las mesas estuvieron decoradas con astromelias, orquídeas y flores tropicales. En el tumbado había mucho tul; luces robóticas y lámparas ambientaban el lugar. La orquesta Guayaquil City Band se alternó la animación con un Dj. Gabriela no lanzó el ramo, se lo entregó a una de sus mejores amigas. La fiesta duró hasta las 06:00 con invitados y anfitriones satisfechos.