| hperez@ecua.net.ecEl libro 1984 es una de las pesadillas más terribles y mejor escritas de la literatura del siglo XX. Su autor es el célebre escritor inglés George Orwell (1905-1953), cuyo  nombre verdadero fue Eric Arthur Blair.Lo escribió entre 1948 y 1949 y en ella narra lo que sería la vida bajo un gobierno totalitario en el entonces distante año 1984. Cuenta la historia de Winston Smith, un funcionario del imaginado Ministerio de la Verdad, cuyo trabajo consiste fundamentalmente en editar los hechos históricos de tal manera que ellos encajen en la política del gobierno.La obra tiene un significado trascendental por su visión de un Estado todopoderoso que constantemente utiliza las más sofisticadas técnicas para enterarse de la vida de sus súbditos, manipula sus preferencias a través de un torrente de propaganda hasta el punto de tenerlos bajo su completo control. La propia naturaleza humana parece sucumbir ante el desarrollo de sofisticadas tecnologías puestas al servicio del Estado.Orwell había ya bosquejado lo principal de la novela en 1944. En su gestación hay una clara reminiscencia de la increíble forma como el nazismo utilizó la propaganda para lograr la total y voluntaria adhesión de los alemanes a un proyecto que significaba la destrucción de su individualidad en beneficio de un proyecto colectivista. La novela la escribió Orwell en la isla de Jara, en Escocia, mientras se encontraba bastante enfermo de tuberculosis. El original nombre de la novela fue El último hombre de Europa. Pero a los editores les pareció que este título no era comercialmente atractivo. Después de varios cambios que le hizo el autor, finalmente quedó como 1984,  el año en que transcurre la historia de la novela. Es también un número que se logra invirtiendo los dos últimos dígitos de 1948, año en el que buena parte de la obra fue escrita. La novela nos presenta Oceanía, uno de los tres estados totalitarios continentales en los que el mundo está dividido. La trama tiene lugar en la ciudad de Londres, ella misma una provincia de Oceanía, a la que una vez se la conocía como Inglaterra. La ciudad está inundada de enormes avisos que dicen: “El gran hermano te vigila”. El “Gran Hermano” se refiere al líder del partido de gobierno. Hay por todos lados unas grandes pantallas de televisión que dominan los espacios públicos y privados de la vida de la gente.Hay tres castas en Oceanía. Los dirigentes del partido, los miembros del partido que llevan a cabo sus órdenes y la gran masa de gente que está prácticamente embrutecida y que depende del Estado. En la cúspide de esta pirámide está el “Gran Hermano” que todo lo sabe, todo lo controla, todos lo veneran. Es el supremo líder. Existen en Oceanía cuatro ministerios. El Ministerio del Amor, encargado de los castigos y la tortura. El Ministerio de la Paz, a cargo de la guerra y de procurar que ella nunca termine. El Ministerio de la Abundancia, encargado de la economía y de tratar que la gente viva siempre en subsistencia. Y el Ministerio de la Verdad, donde trabaja Wiston Smith. Luego de haber trabajado tres años en ese ministerio, Winston comienza a darse cuenta de que las tergiversaciones que él hace de los hechos históricos son parte de una enorme farsa sobre la que el gobierno descansa. Es cuando conoce y se enamora de Julia. El amor por ella lo ayudará a repudiar su trabajo y unirse a un grupo de resistencia, a una sociedad secreta que dirige un personaje tan omnipresente como el propio ‘Gran Hermano’. La novela gana mucha intensidad aquí como una historia de suspenso en la que desfilan temas como el lavado de cerebro, la psicología, el lenguaje y sobre todo el rol que juega la propaganda en el control social.  El lema “La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza” se repite una y otra vez durante el día.  Traicionado por quienes creían sus aliados –la sociedad de resistencia resultó ser parte del sistema seguridad–, Winston es sometido a un proceso de reeducación. Luego de meses de “tratamiento” sucumbe y termina aceptando que una proposición falsa es verdadera. “La lucha había terminado y el triunfo era completo, definitivo, rotundo. Winston acababa de triunfar sobre sí mismo. Al fin amaba al Gran Hermano”.La obra atraviesa temas cruciales de la relación entre la técnica y la naturaleza humana, y los peligros de su manipulación. Tal como lo afirma O’Brien, un miembro del partido: “A la vida la dominamos nosotros, Winston, en todos sus aspectos. Se deja usted llevar por la idea de que existe la llamada naturaleza humana, la cual –usted cree– acabará por reaccionar contra nosotros al ser vulnerada en sus leyes. Pero la naturaleza humana la creamos nosotros. El hombre es un ser infinitamente maleable. Si usted cree ser un hombre, Winston, considérese como el último ejemplar de esa especie. A esa especie la hemos sucedido nosotros”.    Si bien 1984 es una extrapolación de las técnicas utilizadas por el nazismo y el comunismo durante los años en que Orwell la gestó, la revolución de los medios de comunicación de la segunda mitad del siglo XX,  la masificación de las sociedades y el florecimiento de ideologías absolutas confirman la vigencia de sus peores temores.