La celda de Alberto Fujimori, convertida en una verdadera corte visitada por simpatizantes, políticos, cantantes y hasta supuestas brujas, y nunca pisada por su esposa Satomi Kataoka, está ahora bajo la lupa de la Fiscalía peruana.

El preso más famoso del Perú cuenta paradójicamente con un régimen menos estricto que los otros reclusos y la política que le aplican las autoridades penitenciarias puede calificarse como poco de generosa.

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Por eso, la Fiscalía ha iniciado una investigación, en medio de una polémica sobre el nuevo régimen penitenciario del ex gobernante, que pasó de especial a ordinario.

Algunos medios y políticos de la oposición denunciaron que las mejoras carcelarias se lograron a cambio del supuesto apoyo de los fujimoristas al oficialista Partido Aprista, de Alan García, para obtener la presidencia del Congreso, basándose en una interpretación "subjetiva y no técnica" de las normas penitenciarias.

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Celda de 400 metros

En la última semana se ha descubierto que el ex presidente recibió a sus anchas en su celda de más de 400 metros cuadrados desde miembros del grupo musical uruguayo Los Iracundos, a simpatizantes tan pintorescos como la supuesta hechicera Salomé Ybarg en, de 87 años.

Pero no sólo eso: el ex presidente (1990-2000), que se recupera de un cáncer a la lengua, tuvo línea directa para hacer llamadas de hasta 1.800 dólares al Japón, donde vive Kataoka, confirmó hoy a Efe el Fiscal Supremo de Perú, José Peláez.

Esta no es la primera vez que se ha denunciado que Fujimori vive en una "cárcel dorada".

Mientras esperó su extradición a Perú desde Chile, a donde llegó en noviembre de 2005 y se casó por poderes con Kataoka, se calcula que gastó más de un millón de dólares.

La esposa de Fujimori visitó Perú durante la campaña presidencial de ese año, que ganó García, y nunca más volvió a ver a su marido desde que fue devuelto a Lima.