Su novela se titula Justos por pecadores y fue finalista del Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta-Casamérica 2008.

Fernando Quiroz es un periodista colombiano que nació en 1964. Trabajó como editor cultural en varias publicaciones de su país y se dedica ahora a la literatura. Había escrito  dos novelas hasta que, en abril pasado, con su libro  Justos por pecadores, su tercera novela, fue finalista del Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta-Casamérica 2008. El ganador del galardón fue el escritor chileno Jorge Edwards, por la obra La casa de Dostoievsky.

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Y como los galardones sirven para impulsar carreras y, sobre todo, las ventas, el libro de Quiroz empezó a gozar pronto de la preferencia del público y ahora aparece en las listas de los más vendidos en los países de Latinoamérica. También en Ecuador. Aunque es una novela que se deja leer rápido y es amena, no estamos ante una obra de excelencia, pese a su galardón. Está muy por debajo de La casa de Dostoievsky, de   Edwards, autor con un largo camino recorrido en el mundo de la literatura.

Justos por pecadores relata la historia de Vicente, un hombre que tras permanecer once años en el Opus Dei, se fuga porque va descubriendo que para esa congregación “la conciencia no es algo personal, sino un elemento supervisado por otros”, y donde, según el protagonista,  “el castigo físico se utiliza como inhibidor y sustituto del deseo sexual”.

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En la novela, un miembro importante de la orden le dice a Vicente, en su intento para convencerlo de  que retorne: “Te voy a confesar que en el Opus Dei está el futuro de la Iglesia, todo está arreglado para que, cuando muera el papa Benedicto XVI, el pontificado quede a la cabeza de la congregación, las fichas están jugadas”.

Lo que sí tiene el libro de Quiroz, y mucho, es rabia. Ataca sin concesiones al Opus Dei. Quizá ese elemento despierte curiosidad entre el público y hace, además, que aumenten los lectores. Un sector del Opus Dei protestó. Instó al autor a que deslinde qué parte de la obra es verdad y cuál ficción.

El escritor señala que este libro es de ficción, pero que está basado en su  experiencia en un colegio del Opus Dei en Bogotá, en las investigaciones y entrevistas a miembros de la orden y también a disidentes.

Quiroz, que fue integrante del Opus Dei por más de una década, dice que a pesar de su experiencia personal, quiso hacer una investigación de esta congregación y por ello se contactó con otras personas que la habían abandonado, para construir su novela. Esta pesquisa pudo ser un reportaje periodístico, contando conque él fue un hombre de prensa antes de convertirse en escritor, pero derivó en una novela porque es un género al que está dedicado hace algunos años.

Sobre los vínculos de la novela con el Opus Dei, insiste en que fueron plasmados en el texto “sin odio, ni rencor”, sentimientos que lo embargaron anteriormente, y por eso esperó “un buen tiempo” para sacarlos a la luz, dado que “no quería privarme de hacerlo”, señala.

“Los escritores casi siempre estamos constantemente en el diván, mientras escribimos, incluso con temas que creemos que no tienen que ver con nuestras vidas pasadas, siempre hay cosas que se cuelan, siempre hay cosas de psicoanálisis en lo que escribimos”, enfatiza.

“Nunca la pensé como una novela de denuncia, pero se ha convertido en una novela de denuncia”, puntualiza Quiroz.

Y aunque Justos por pecadores enfila sus dardos contra el Opus Dei, el propio autor confesó en la Feria del Libro de Lima que alguna gente ha leído su libro también como un ejemplar de autoayuda. Y en cierta forma  lo parece (apela a que los seres humanos miren hacia su interior, busquen su yo) sobre todo, en la segunda parte, en la que Vicente se acerca a su padre enfermo, luego de años de alejamiento (se alejó de casa cuando ingresó al Opus Dei). Aquí un diálogo de padre e hijo.

- (hijo) “¿Quién va a mostrarme el camino cuando te vayas?
- Ya conoces el camino. Y estás listo para andar.
- Te voy a extrañar.
- Voy a estar contigo. No sé cómo ni desde dónde, pero voy a estar a tu lado”.

Y este otro, cuando Vicente le comenta a su padre de Ana, la mujer de la que se ha enamorado. Y el padre responde: “Me gustaría decirte que ella es la mujer. Pero solo tú puedes saberlo. Acerca el oído al corazón y deja que el corazón te hable”. Ahora Quiroz promociona su libro. Mientras tanto, tiene en espera una  historia de amor que se halla en la etapa de “escribir en la cabeza”, en “servilletas de papel” y que se ambientará en Colombia o Argentina.


Autor: 
Fernando Quiroz
Título de la obra: Justos por pecadores.
Género: Novela.
Editorial: Planeta.
Páginas: 222.