Fue tildada de brillante pero   vacía. A raíz de la gran acogida  de la crítica americana y su éxito en festivales, creció  el interés en  Europa por este filme y  se  convirtió gradualmente en una pieza de culto.  Hoy no extraña para nada ver mencionado el nombre de Diva en las listas de mejores películas de los ochenta.