El Cuerpo de Ingenieros del Ejército trabaja hace ocho años en la vía.
La Macas-Guamote es una vía del olvido y para el olvido, aunque para quien transita por ella por primera vez es una experiencia que difícilmente podrá sacar de la mente durante años. Un viaje por esta carretera es una travesía de 140 kilómetros que dura casi seis horas. Es sentirse al filo de la muerte, es cruzar por nueve correntosos ríos, por decenas de deslaves, por tramos llenos de piedras o profundos baches, por un túnel cuya capa de rodadura es irregular. Decenas de cascadas y las lagunas de Atillo, en territorio de Chimborazo, son como un suspiro en medio del suplicio.
La historia de la ejecución de esta vía, que permite una salida directa desde Macas hacia la Sierra ecuatoriana, es similar a su estructura: irregular. Tres contratistas no la han podido culminar en alrededor de quince años. Desde hace ocho años está a cargo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército (CIE), entidad a la que el presidente Rafael Correa encargó la ejecución de obras por casi 250 millones de dólares, como parte de la emergencia vial decretada el 27 de febrero pasado y renovada el 27 de abril.
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Una de las ofertas, a propósito de aquel decreto, fue que la Guamote-Macas así como una docena de obras tendrían prioridad y se iniciarían uno o dos meses después. Así lo anunciaron hasta hace poco Correa, el ministro de Transporte, Trajano Andrade, y, a mediados de marzo, el entonces jefe del CIE, Carlos Rodríguez, quien frente a críticas de ex ministros de Obras Públicas y dirigentes de las cámaras de la Construcción, justificó la demora de ocho años por el incumplimiento de los gobiernos de turno en la entrega de recursos.
Hoy, cuando van a cumplirse cuatro meses de la vigencia del decreto de emergencia vial, los trabajos en la Macas-Guamote no se inician, al igual que en la mayoría de obras declaradas de prioridad.
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En esa vía, hasta el fin de semana pasado, dos maquinarias realizaban solo tareas de limpieza de derrumbes. El estado es de abandono. El suplicio del viaje comienza en General Proaño, a tres kilómetros de Macas, donde parte un camino de tercer orden, de tierra y lleno de baches. En el km 12 se inicia la tortura de cruzar ríos y esteros, nueve en total, cuyos cauces, por la falta de puentes, se deslizan correntosos. Imposible pasar si se viaja en autos o camionetas pequeñas.
“Esta vía es supermala. El presidente Correa dijo que va a terminarla, pero no se concreta. Ojalá pronto haga porque los problemas son de años. Necesitamos más de seis horas para cumplir el turno”, dice Aníbal Pilco, conductor de un bus de la cooperativa Riobamba. Al cruzar los afluentes, el agua cubre totalmente las llantas.
Tres cooperativas de buses, que cumplen sus turnos desde Macas a Riobamba cada dos horas, y camiones, son usuarios frecuentes de este camino, que en una parte cruza por el Parque Nacional Sangay.
“Ya estoy acostumbrado. Debes tener paciencia y resignarte a incluso quedar botado. Me ha tocado varias veces; en una se me quedó mi Trooper en la mitad de un río y en medio del temor me dio risa al ver que se tapó hasta el tubo de escape y solo se apreciaban burbujas. Ha habido muchas promesas, ojalá pronto arreglen”, menciona un misionero estadounidense que trabaja desde hace cuatro décadas en el Oriente ecuatoriano.
Un tramo de 30 km es asfaltado y constituye la muestra de que en algún momento se trabajó para mejorar la carretera, por cuya construcción se han realizado en años pasados hasta paros en Chimborazo y Morona Santiago.
Según los informes que en marzo pasado proporcionó el CIE, el Gobierno destinó $ 11,5 millones para esta carretera, cuya culminación, una vez iniciados los trabajos, tenía un plazo estimado de 24 meses.
Contratos
Están listos: mantenimiento de vía Papallacta-Baeza (37 km), a un costo de $ 1,3 millones; variante Papallacta (5 km), en Napo, cuesta $ 2,7 millones; terminación de vía Guaranda-Balsapamba (74 km), por $ 13,8 millones; construcción de cuatro puentes en vía Lago Agrio-Tarapoa (Sucumbíos), por $ 1,4 millones; 16 puentes en la provincia de Napo, por $ 3,2 millones; terminación de la vía Quiroga-Pichincha (Manabí), de 28,5 km, a un costo de $ 18 millones.
Otros trabajos
Construcción de siete puentes en la vía Guamote-Macas, por $ 2,5 millones; terminación del tramo Riobamba-Cebadas, de esa misma vía, por $ 16,7 millones; señalización en varias vías, $ 3,4 millones; puente río Esmeraldas, por $ 45,2 millones; culminación de la vía puente Pastaza-Macas (57,7 km), por $ 4,3 millones; vía Loja-Zamora (57,2 km), $ 10,2 millones; Guarumales-Méndez (tramo de 27 km), $ 7,8 millones; puente de Bahía de Caráquez (Manabí), $ 101, 5 millones.