Es de las pocas personas que ha trabajado en las  dos campañas  de Rafael Correa: la primera, hace   más de 20 años, para captar    la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Guayaquil y la última, hace tan solo unos cuantos meses, para llegar hasta  el Palacio de Carondelet.

La política juntó a María de los Ángeles Duarte y a Rafael Correa en 1985, cuando ambos integraron el Frente de Estudiantes Democráticos, aunque   en diferentes agrupaciones: ella  lideraba el Taller 77 en la Facultad de Arquitectura y él   la Alianza en la de Economía.

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Ahora, luego de tantos años, conforman nuevamente un grupo de trabajo, pero en una plataforma más pública que las aulas: él como presidente   de la República y ella como parte de su gabinete, a cargo del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi).

Aunque en esa época Duarte  se esmeraba en recortar carteles, elaborar guindolas y  pintar consignas con aerógrafos para promocionar a Correa entre los alumnos, en la reciente pudo colaborar con algo  más. Su nombre y el de su empresa constructora Codiart S.A. constan en la lista de aportantes de la campaña presidencial con más de $ 21 mil.

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Duarte explica que ella donó la mitad y el resto se juntó a través de lo que denomina un ‘pull familiar’. “Decidimos con mis hijos no viajar este año y   dedicarnos a la campaña”.

Cuando Correa llegó al Ministerio  de Economía en el gobierno de Alfredo Palacio, ella  se encargó de organizar una conferencia para universitarios  y luego una recepción en su domicilio,  en Puerto Azul.

Duarte, de 43 años, fue segunda candidata a concejala de Guayaquil por Alianza PAÍS en los comicios  de  octubre pasado, su primera postulación a una dignidad de elección popular. Pero no ganó.

Tal vez quiso seguir los pasos de Bertha Valverde, su abuela paterna, a quien admira por haber sido la primera mujer en el Concejo Cantonal.

Aunque fuera de la esfera estudiantil ha preferido mantenerse al margen de la política, por su padre la vivió de cerca: Ángel Duarte Valverde fue diputado, dos veces candidato presidencial por el CFP, gobernador del Guayas y ocupó  otros cargos en ministerios.

El jurista guayaquileño fue  vinculado al PSC, sobre todo cuando en marzo del 2004 esta agrupación lo respaldó  cuando encabezó la terna para  Contralor General del Estado. Además, es representante legal  de la firma Vachagnon, que tiene el contrato de recolección de basura en Guayaquil.

Su hija, en cambio,   ha preferido dedicarse a otras cosas. Diseñó  varias  etapas de las urbanizaciones del  empresario Felipe Pezo: San Felipe, al norte de la ciudad, Los Ángeles, en la vía a la Costa, y  Matices, en la vía a Samborondón.

En esta última ella también trabaja en la edificación de casas en sociedad con John Martínez, contratista del Municipio de Guayaquil, quien tiene a su cargo la construcción de viviendas en 120 predios de la etapa cinco de Mucho Lote, plan habitacional del Cabildo.

Con Martínez trabajó también en la construcción del Parque Lineal, ubicado frente a la Universidad Católica, donde ella  obtuvo un masterado en administración de empresas inmobiliarias y constructoras con  aval de la Politécnica de Madrid, España.

La próxima funcionaria laboró, además, en el diseño de  Cumbres del Sol, en la vía  Perimetral, proyecto de Álex Olsen y Leonardo Borher, cuñado del alcalde Jaime Nebot.

Duarte asegura que, para evitar cuestionamientos por un  conflicto de intereses,   delegó la gerencia  de Codiart S.A. apenas aceptó el cargo; sin embargo, a la Cámara de la Construcción de Guayaquil, de la cual ella es afiliada desde 1993, aún no ha llegado una notificación en este sentido, pese a que los  estatutos  del organismo obligan a  sus miembros   a  comunicar estos cambios.

“Es una persona responsable, cumplida con su trabajo. Lo entrega a tiempo”. Así la describe   Pezo, quien la conoce “de toda la vida, desde que nació  meses después que yo”.

Quienes conocen a Duarte destacan su sencillez y su predisposición para organizar grandes  fiestas y reuniones desde la época universitaria.

La propia ministra designada cuenta que cada año organiza un encuentro entre sus ex compañeros universitarios, entre ellos, el presidente electo. Unos días antes  envía por correo electrónico letras de canciones -básicamente de  Silvio Rodríguez, Piero, Pablo Milanés y  Mercedes Sosa- para que cada invitado las lleve  impresas y se arme la peña.

“No encontraba la letra de la canción favorita de Rafael, Hasta siempre comandante. Le dije, ‘por favor, díctamela’. Medio medio se acordó y se la envié a todos con esta advertencia: Así cree Rafael que es”.
 
Duarte es divorciada y tiene dos hijos: uno de 18 años de edad que estudia Arquitectura, al igual que ella,  y otra  de 19 que se irá a vivir a Quito.

Marcos Caamaño, quien conoce a la familia Duarte desde hace más de veinte años, la describe como una mujer que, aunque siempre busca la excelencia, no deja su sencillez.

“Siempre ha tenido una tendencia social. Aunque tuvo una niñez cómoda, sin ninguna necesidad, nunca fue ostentosa, nunca usa cosas de oro”.

Pero  tampoco le incomodan ciertos lujos. Por sus cada vez más seguidos viajes a Quito, Duarte se hospeda   en una espaciosa   suite del Swissotel.

LO QUE DECLARÓ

Posee  Construcciones, Diseño y Arte, Codiart S.A.

Tiene acciones   en la Corporación Predios Civiles Quince Corpreciquince, en Inmobiliaria del Pacífico Inmapac, en la agrícola San Francisco de Yaguachi (Agricolsa) y en Giropa Industrial Inmobiliaria.

Dos autos del 2004: un sedan Hyundai Elantra y una Toyota Hilux.