En El código Da Vinci, el Santo Grial no es un objeto ni un objetivo. Simboliza un secreto trascendental: María Magdalena tuvo un hijo de Jesús.

El gran éxito editorial, así como la película son obras de ficción. Pero, en lo que respecta a las leyendas en torno del Grial, el mito ha multiplicado sus versiones a lo largo de los siglos.

Desde que el Santo Grial pasó a formar parte de la imaginería popular cristiana en la Edad Media, ha tomado numerosas formas. La más tradicional es la de un cáliz, utilizado por Cristo en la Última Cena y luego empleado para recoger la sangre que fluía de su herida durante su agonía.
 
Pero las versiones también apuntan a otras direcciones.   En algunas de ellas, el Grial es una piedra con poderes místicos que cae del cielo. Otras lo describen como una manifestación del Espíritu Santo que confiere sabiduría y revelaciones. O quizás sea un artificio del lenguaje.

Publicidad

En la literatura, la búsqueda del Grial ha inspirado la imaginación popular durante siglos desde las sagas del Rey Arturo. En el cine ha sido reflejada por Indiana Jones.

Muchos expertos sostienen que la historia del Grial asumió rasgos cristianos en Francia hace unos 800 años cuando se le vinculó con José de Arimatea, que se dijo recibió el recipiente después de la Última Cena y que se utilizó para recoger la sangre de Cristo durante la crucifixión.

Algunos, al estilo del   Código Da Vinci, han insinuado que lingüísticamente proviene de   sangre real en francés, como referencia al linaje de Cristo.

Publicidad

De algún modo el Grial está vinculado a movimientos insatisfechos con la historia aceptada de la cristiandad.

Los buscadores del Grial no se han limitado a ir a Tierra Santa. El mapa incluye Escocia, España y Francia.

Publicidad

Pero hay algo indiscutible: existe una moda del Grial en momentos en que grupos cristianos denuncian la novela de Dan Brown por la manera siniestra con que refleja los poderes detrás de la religión.