Patricia González estaba entre el público y su presencia se sentía. El flautista guayaquileño Carlos Prado la nombraba y la bolerista respondía con alguna broma. Y estaban, asimismo, otros artistas nacionales como Fernando y Beatriz Gil o animadores de televisión como Luzmila Nicolalde.
El auditorio del Centro Ecuatoriano Norteamericano (CEN) lució lleno el pasado jueves. La gente llegó de muchas partes. Toda para ver el regreso de la flauta mágica, como Prado llamó a su concierto, para oír otra vez a este flautista nacional que estaba un poco alejado de los escenarios y que había prometido presentarse renovado.
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El público respaldó a Prado desde el inicio, a las 19h15. Los aplausos eran sonoros y las ovaciones, largas. Y no faltaron algunos gritos femeninos con expresiones como “estás guapo”. El artista, acompañado de su grupo, ofreció dos horas de espectáculo. De una velada que, aseguró, estaba dedicada a Dios, porque el Creador le ha dado el don musical.
Guayaquileña, una versión del tema de Julio Jaramillo; El día que me quieras y Vereda tropical, fueron tres de las interpretaciones más celebradas por los asistentes al show. Y también las actuaciones que Prado hizo con los artistas invitados. Douglas Bastidas, vocalista del grupo Tranzas, interpretó Un nuevo amor y Prado lo acompañó con su flauta. Aunque siempre se pide al público que apague los celulares en los conciertos, Bastidas al parecer olvidó apagar el suyo y le sonó justo antes de empezar a cantar. Así que tuvo que contestarlo. Ese hecho provocó sonrisas del público.
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Patricia González puso su cuota de humor con las bromas que le hacía a Prado. Las sonrisas se calmaron y se tornaron en efusivos aplausos cuando cantó un tema a petición del flautista, quien la acompañó con su música. Fue quizá el momento más intenso de la noche. Prado tocó hasta las 21h00. Y el público, fiel, entusiasmado, alegre, numeroso, lo respaldó en lo que él denominó su regreso musical.