Al pasar Filanbanco al Estado, el 2 de diciembre de 1998, se exigió que los ex accionistas cubrieran  pérdidas por $ 65 millones con un fideicomiso. Al constituirlo, el monto subió a $ 173 millones. La diferencia, $ 107 millones, está enmarcada en una operación por la que los ex accionistas fueron enjuiciados por presunto peculado. Aún no hay sentencia definitiva. 

Ecuador, 2 de diciembre de 1998. La Junta Bancaria  (JB) resuelve que la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), que se creó ese mismo día, se haga cargo de Filanbanco y sus principales accionistas, Intral Panamá, pierden el valor de sus acciones por 140 millones. En caso de que las pérdidas de la institución superasen este monto, la JB les pide que aporten bienes por $ 65 millones, como garantía. Así nace el Fideicomiso AGD por 65 millones de dólares.

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Panamá, 2 de diciembre de 1998. Filanbanco Trust & Banking Corporation (FT&BC), filial panameña de Filanbanco, realiza una última operación por $ 35 millones, con lo que el monto de su cuenta “inversiones varias” asciende a $ 107 millones. Cuando se descubre esta situación, las autoridades monetarias exigen que el patrimonio del Fideicomiso AGD ascienda de 65 millones a $ 173 millones, y se constituye el 29 de diciembre de 1998.

Son estos  $ 107 millones los que se consideran en el argot de las autoridades como “el hueco” en las cuentas de Filanbanco.

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Al analizar la contabilidad de FT&BC, las autoridades encontraron una cuenta de $ 107 millones que había que cobrarle al Fideicomiso Otavalo o Multinversiones, creado el 18 de noviembre de 1998 en Panamá, por la venta de “inversiones varias”, a 60 días de plazo.

Cuando se da esta alerta, las autoridades bancarias se reúnen con los ex accionistas para exigirles que entreguen bienes que cubran esta diferencia o denunciarlos penalmente.

Los ex accionistas deciden entonces pagar los $ 107 millones así: $ 30 millones con un lote de obras de arte del Museo Nahím Isaías y $ 77 millones con acciones de las inmobiliarias que desarrollaban la urbanización Las Orquídeas y que eran dueñas de locales de Puntilla Mall.

A mediados de diciembre, Otavalo S.A. entrega al Fideicomiso Multinversiones las obras de arte, pero las autoridades deciden registrar esa operación como si se hubiera realizado el 2 de diciembre de 1998, cuando el banco aún era privado, según relató Luis Penna, representante de los ex accionistas Roberto y William Isaías.

El 21 de diciembre se entregan las acciones relacionadas con Puntilla Mall y Las Orquídeas al mismo fideicomiso.

Así se llega al 29 de diciembre, cuando se firma el Fideicomiso AGD. Por Intral Panamá (hermanos Roberto y William Isaías) se aportan bienes por 65 millones, mientras que FT&BC, representado por Daniel Cañizares (primer administrador estatal de Filanbanco), entrega las obras de arte y las acciones estimadas en $ 107 millones.

En el juicio en contra de los ex administradores de Filanbanco, su defensor Walter Guerrero, explicó: “La Superintendencia de Bancos conocía la venta de las ‘inversiones varias’ y su pago mediante las referidas daciones y dio su conformidad para que las mismas sean transferidas al Fideicomiso AGD”.

Penna precisó que la decisión de incorporar los $ 107 millones al Fideicomiso AGD fue de la administración estatal, y que la JB aprobó, el 18 de diciembre, que la operación de la entrega de las obras de arte se registrara con fecha 2 de diciembre. Reconoció que estas obras son parte de la colección de arte colonial del Museo Nahím Isaías pero, dijo, quien hizo la transacción fue el Fideicomiso Multinversiones.

Reiteró que FT&BC no perdió en esta venta a crédito de la cuenta “inversiones varias” por $ 107 millones y por la cual recibió bienes y acciones en lugar de efectivo. “La operación se hizo en cuestión de días”, señaló.

El juicio contra los ex accionistas de Filanbanco se inició por la presunción de que las operaciones de la cuenta “inversiones varias” se realizaron con dinero de los créditos de liquidez del Banco Central, lo que estaba prohibido. Además, se sospechaba que se utilizaron estos recursos para pagar captaciones de una cuenta llamada RIC (Republic International Corporation), en el exterior.