La confección de tres diseños, aprobados por Ximena Bohórquez, demoró cuatro días. Cuando ella visitó a una diseñadora colombiana, los modistos ecuatorianos llamaron su atención.

A los tres trajes que Ximena Bohórquez lucirá el sábado en la boda del Príncipe Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, les hacía falta apenas el roce de una plancha, antes de viajar a Quito, ayer por la mañana.

En el taller de Luis Tippan, el diseñador cuencano –radicado en Guayaquil– que logró terminarlos en cuatro días, los ternos verde y melón, y el vestido negro que cubrían a un trío de maniquíes, se veían listos.

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Son trajes de diseño sencillo, clásico y conservador, llamados básicos por los diseñadores. Nada de pedrería ni vanguardismos fosforescentes para la Primera Dama. Están hechos, según Tippan, al gusto de ella, quien pagó 1.000 dólares por los tres modelos.

Dos de los tres trajes son de tonos pasteles porque la boda es al mediodía. Bohórquez viajará con el terno pantalón de color melón. En el matrimonio usará un traje de falda verde oliva.  Ambos fueron confeccionados con la tela crepé de ricce.

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En la recepción nocturna llevará un vestido corte imperio de color negro, hecho en crepé de seda natural, con los hombros algo descubiertos, las mangas drapeadas y un escote sencillo. Cuatro personas trabajaron en la confección de los trajes, tras el reclamo que miembros de la Asociación de Diseñadores del Ecuador, entre ellos Tippan, hicieron luego de que Bohórquez visitó a una diseñadora colombiana en marzo pasado, durante una visita oficial a ese país.

“El estilo es favorecedor. No hay que disfrazarla, ni pretender transformarla. Ella no se puede ataviar con cualquier cosa, nos representa como la esposa del Presidente”, dijo Tippan.

Con el traje verde oliva, Tippan diseñó para Bohórquez un sombrero tejido en paja toquilla, un par de zapatos y una cartera.  “No creo que use el sombrero, porque aunque se mostró contenta con los diseños, no le gustó ese detalle”, explicó Tippan.

“Ella me pidió discretos escotes, nada ceñido y todo simple. Sé que habrá a quienes no les gusten”, añadió.

Si la Primera Dama acepta sugerencias en su vestuario, Tippan –quien considera entre las primeras damas ecuatorianas más elegantes a María Eugenia Cordovez y Carmen Calisto– le recomienda mantener su postura correcta para dar elegancia a los trajes.

Un poco más  sobre Luis Tippan
Nació en Cuenca, pero desde pequeño vivió en Guayaquil.  Estudió cuatro años en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Estatal. Luego ingresó a la Escuela de Modistos del Guayas y después al Instituto de Diseño IDI.

Lleva más de 20 años en la moda; y ha elaborado unas 40 colecciones que han sido presentadas en distintos eventos nacionales. Esta es la primera vez que diseña para una primera dama. Antes asesoró a Linda,  hija de Abdalá Bucaram, y a la esposa de Víctor Hugo Sicouret.

SUGERENCIAS
Cuty Icaza, maquilladora
“Le sugiero a la Primera Dama hacer diferencias radicales en el maquillaje para el día y para la noche. En el día puede usar un labial de tono natural, tipo coral, con los labios bien delineados de la misma gama del color del vestido, para darle un tono de frescura que vaya de acuerdo con el tipo de su piel.

Para la noche recomiendo en los labios un vino tinto, o un naranja rojo que combina con el vestido negro. Ambos labiales no pueden ser muy oscuros.

No pude  maquillar a Ximena Bohórquez para el Miss Ecuador. Ahora no me ha llamado para que la maquille para la boda real, y aunque no sé si va a llevar a alguien, me sería imposible”.

Olga Doumet,  diseñadora
“No acostumbro a opinar ni a juzgar los trabajos de mis compañeros, pero si la Primera Dama está a gusto con el criterio del diseñador Luis Tippan, las cosas están bien. De hecho, yo hubiera optado por algo similar, si tuviese que vestirla (a Ximena Bohórquez).

Para una boda europea de mediodía lo más apropiado es un traje sastre, aunque no tiene que ser necesariamente de color pastel. En Europa los sombreros son muy empleados y populares, así que también hubiera elegido esa opción.

Para la recepción de la noche, si es antes de las 20h00, podría usar un traje tipo coctel. Después de esa hora tiene que ser un traje de gala largo, preferentemente negro”.
 
Manuel Wolf, diseñador
“Vestir a la Primera Dama es más una responsabilidad que un privilegio, no creo que el costo de un traje esté en la pedrería sino en la calidad de la tela. Yo hubiera optado por un traje sastre de telas que vayan de acuerdo con las tendencias: algodones tramados, borlones de algodón, entre otros.

El sombrero está bien, pero yo hubiese escogido uno de ala ancha. Los tonos neutros y pasteles están bien para la hora fijada para la boda. Ella no podría utilizar tantos arandeles, flecos y pedrerías.

Pero en realidad no es el traje, ni las cosas que uno le pueda añadir. Es su actitud, su modo de presentarse lo que le daría glamour y la haría ser aclamada”.