Los aproximadamente 1.200 millones de fieles musulmanes en todo el mundo inician hoy el mes sagrado del ayuno islámico o Ramadán, afectados por la violencia en Oriente Medio, la precariedad de sus economías y la crisis ideológica.
Astrónomos islámicos abrirán esta noche sus ventanas para buscar el creciente de la luna, signo que marca el comienzo del mes más respetado en el calendario musulmán, que se dedica a la abstinencia, la devoción y a la solidaridad con los desposeídos.
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Según la tradición islámica, en el noveno mes lunar Alá reveló a Mahoma, el profeta del Islam, el Corán, libro sagrado musulmán, a través del arcángel Gabriel.
Una vez alumbrada la novena luna del almanaque mahometano, los fieles se abstendrán de comer, beber, fumar y practicar el sexo desde el alba hasta la puesta del sol, en un gesto que se repite en todo el mundo, desde Indonesia hasta Marruecos y de Kazajistán a Nigeria.
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Egipto, Siria y el Líbano ya han anunciado que el primer día de ayuno será mañana, mientras que los estrictos jeques de Arabia Saudita advirtieron a los residentes no musulmanes que respeten el Ramadán y se abstengan de comer, beber o fumar en lugares públicos, de lo contrario serán despedidos de su trabajo y deportados.