“En un país muy lejano vivía una bella princesita llamada Blancanieves, que tenía una madrastra, la reina, muy vanidosa...”.

Así empieza el famoso cuento de los hermanos Grimm o al menos la versión que ha circulado durante casi dos siglos. Sin embargo, según el presidente de la Sociedad Europea de Cuentos, Heinrich Dickerhoff, la verdadera villana en la primera versión de Blancanieves era su madre biológica y no su madrastra.

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En la primera edición del cuento, titulado La pequeña Blancanieves, y publicado en 1812, la madre de la heroína desea tener una niña “blanca como la nieve”.

Su deseo se vuelve realidad, pero cuando su hijita se convierte en rival de su belleza, los celos la consumen y ordena una espantosa muerte para su propia hija. Para la sociedad europea de principios del siglo XIX la idea de una madre malvada y asesina no era aceptable, por lo que los famosos hermanos decidieron autocensurarse y “reconvertir” la figura de la mala de la historia.