En tres ocasiones sus temas obtuvieron el primer lugar en el Festival OTI, capítulo Ecuador.
Casi dieciséis horas al día le dedica a la música el compositor Luis Padilla Guevara, de 50 años. A la abogacía, en cambio, poco, pero no porque no le interese, sino porque está implícita en lo que hace. Se encarga de defender la propiedad intelectual y los derechos de autor.
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Los más importantes logros de este guayaquileño los adquirió en encuentros musicales nacionales. El primero fue en 1977, cuando la cantante Marielisa ganó el Festival OTI, capítulo Ecuador, con el tema Sonreír cuando quiero llorar.
Quedó en el mismo puesto en 1985, cuando Jesús Fichamba interpretó La Niña, La Pinta y La Santa María; y, los hermanos Miño Naranjo, Mi campesina, (1989). Esta última canción concursó en otro certamen en Nueva York.
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Marielisa cantó otra composición de Padilla, en el Festival Internacional de Viña del Mar en 1979. El título fue Cantando se dicen mil cosas.
Las participaciones del también poeta y escritor de revistas, en otras citas musicales, son numerosas. Ahora –como él dice– “vuelvo a atacar”. En julio próximo viajará a China con el niño cantante Renkai Yin, al Festival Internacional Infantil del Arte y la Cultura Shangai 2003. Participará con su canción No pares de soñar.
Sus padres son Luis Padilla y Olga Guevara, y sus hermanos, Fausto, Édgar y Lourdes. El compositor recuerda que a los 5 años escribió La mosca bizca y el pato chino, letra de la cual se hizo luego una obra musical.
En la banda de guerra de la escuela del San José La Salle tocó los platillos. Ganó concursos de poesía y cuentos. Desde los 15 años proclamaba quinceañeras y reinas.
En los setenta, el cantante Darwin hizo famoso los temas de Padilla Yo esperaré tú cambiarás y Que yo te quiero murmura el viento; y Jinsop, Estrellita solitaria, de la queSanyi realizó otra versión.
Compuso himnos para entidades privadas. Escribió las canciones Guayaquil vive por ti y Soy Juan Pueblo. Para julio prepara una comedia musical con nuevos temas sobre la modernización de Guayaquil. Publicará una novela y en marzo presentará al grupo musical Las Mininas.
Su vanidad son sus canciones y le agrada cuando son populares. Su mayor temor es que su producción se vuelva mediocre. Es católico, soltero y vive con su padre y un sobrino en un apartamento del mismo edificio donde está su productora. Pronto se independizará. Dice que la ventaja de un compositor sobre el cantante, es el éxito que puede producir aún siendo viejo.
Es puntual desde que perdió un trabajo por retrasarse en la entrevista. Astrid Achi, quien ganó el segundo lugar con el tema de Padilla, Entre tú y yo, en el Festival OTI, capítulo Ecuador de 1998, señala que el compositor demuestra constancia, tenacidad y calidad en su vida artística.