Los protestantes fueron detenidos por medio millar de gendarmes en el puente Pueyrredón, que une a la capital con la provincia de Buenos Aires, debido a una orden judicial que les exigía ser registrados antes de poder ingresar al centro de la ciudad.

Al cabo de dos horas de infructuosas negociaciones con las autoridades, los piqueteros ratificaron su decisión. “No seremos revisados por los asesinos de nuestros compañeros”, subrayaron las asociaciones de desocupados en un comunicado.

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La manifestación comenzó con un acto en la estación de trenes de Avellaneda, donde murieron los piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, en un enfrentamiento con policías el 26 de junio pasado.

Las protestas de desocupados suceden casi a diario en Argentina, donde la tasa de desempleo llega al 21,5% de los catorce millones de personas en condiciones de trabajar, según cifras oficiales.

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Las estadísticas del Gobierno indican que la pobreza afecta al 53% de los 36 millones de argentinos como consecuencia de la recesión económica que arrastra el país desde mediados de 1998.