La destacada intérprete de la música cubana, Elena Burke, recibió sepultura ayer en el mayor cementerio de La Habana, acompañada por una multitud que la aplaudió y le cantó al llegar a su última morada.
La legendaria Señora sentimiento, como sus admiradores bautizaron a Romana Elena Burgues, su nombre verdadero, falleció en La Habana el domingo pasado a los 74 años, de un paro renal, probablemente por complicaciones del sida.
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Por más de una década, los cubanos comentaron que la excepcional artista era VIH positivo, es decir que portaba el virus que causa el sida. Sin embargo, esto nunca se confirmó por los médicos.
Burke fue objeto de culto fuera y dentro de la isla caribeña, por su amplio repertorio, musicalidad y los cálidos matices de su bien timbrada voz. El sepelio se retardó para que asistieran su nieta mayor, Lena, y su hija Malena, también cantante con dotes heredadas y afincada con éxito en Miami, Estados Unidos.
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Las altas autoridades del Ministerio cubano de Cultura se afanaron para que se les concediera el visado correspondiente a la mayor brevedad.