La nueva administración de Petroecuador está comprometida con la meta presidencial de duplicar la producción hidrocarburífera a un millón de barriles diarios. Luego de languidecer cuatro años, los trabajos en el campo Ishpingo se iniciaron días atrás y el primer pozo arroja 3.600 barriles. Simultáneamente, Petroecuador inició el proceso de licitación para abrir más de mil pozos cerrados. Las contratistas recibirán parte de la producción, el Estado no invertirá, y la producción aumentará, en circunstancias que Petroecuador está vendiendo a más de 90 dólares el barril.
Poco antes, las compañías Frontera y GeoPark anunciaron el descubrimiento de crudo en sus primeros pozos en los bloques Espejo y Perico. Se trata de pequeños intracampos; los trabajos se contrataron hace un par de años, pero el Ministerio del Ambiente los obstaculizó, negándose a extender los permisos ambientales. No toda la nueva producción vendrá de campos grandes como Ishpingo: hay muchas áreas que prometen producciones pequeñas y que Petroecuador ha descuidado porque tenía sus manos llenas con los campos grandes.
El millón de barriles incluye el equivalente a gas, y una primera medida ya en marcha es aprovechar el gas que se quema en mecheros en campos amazónicos. En algunos casos se podrá transportar el gas a la planta de tratamiento en Shushufindi, pero en la mayoría de los casos lo que se podrá hacer es que las petroleras utilicen ese gas para sus necesidades, con lo que no consumirían petróleo, y a este se lo podría transportar por los oleoductos y vender. También está en marcha el cambio voluntario de los contratos de servicios y de servicios específicos a participación. Los contratos de participación incentivan a las empresas a invertir, puesto que a mayor producción más ganan. Hay que contratar a una empresa para que desarrolle mejor el campo Sacha.
Lo más complejo son los concursos para exploración y explotación, tanto en la Amazonía y costa afuera. El campo Amistad se descubrió hace 50 años y nunca se lo ha explorado integralmente. En la Amazonía es necesario que las comunidades sientan que van a salir ganadoras con la actividad petrolera. Eso requiere entrenar comuneros para trabajar en las actividades petroleras, contratar localmente lo que se pueda, que el Estado extienda servicios sobre todo en salud. No es cierto que las comunidades quieran dar espaldas al progreso. Por último, hay que rediseñar los parques nacionales y zonas protegidas. Hay casos en que se los ha implantado intencionalmente donde hay petróleo, con la intención de dificultar esta actividad. No hay razón para que la vasta zona del país reservada para las pocas docenas de ‘no contactados’ sean precisamente las ricas en hidrocarburos. Se les puede reservar un área incluso mayor, pero no en zonas petroleras. En Ishpingo se permite la actividad petrolera en solo dos de las diez zonas prospectivas. Ishpingo tiene las mayores reservas del país aún sin incorporar.
De darse el aumento de la producción a los precios actuales, y si nos mantenemos vigilantes para que los nuevos ingresos petroleros se destinen a bienes y servicios para la ciudadanía y no para el consumo de una inflada burocracia, la calidad de vida de todos mejorará.
Demos aliento a Petroecuador para que su renovado entusiasmo no decaiga. (O)