La Reserva Federal modificó sus proyecciones para el primer trimestre 2025 de un crecimiento del 2 % a una caída del 1 % (revisión que solo se puede calificar de “al menos sorprendente”), algunos bancos han recortado estimaciones para el año en 1 punto, Larry Summers (exsecretario del Tesoro demócrata) señala: “Estamos viendo una desaceleración con respecto a lo previsto, y una seria posibilidad de recesión cercana al 50 %” y la Bolsa de Valores muestra dudas a través de una caída del 10-15 % desde su pico (recordar que siempre tienden a sobrerreaccionar).
¿Puede ser este el escenario real? Hay algunos factores que mirar, alrededor de lo que se señala como las causas de ese cambio de tendencia de crecimiento.
Primero: negativo, la incertidumbre que se ha generado, con decisiones que van y vienen, cambian, se ajustan, suben y bajan, peleas con unos y otros, anuncios diversos con poco sentido frente a varios países. La incertidumbre no es fácil de corregir y tiene efectos muy negativos.
Segundo: neutro, la migración. Las cifras concretas que encuentro es que en febrero el número de deportaciones habría sido de 11.000, incluso inferior a los 14.000 de hace un año en el gobierno Biden, con la diferencia de que los primeros fueron deportados en su mayoría “desde adentro”, mientras los segundos lo fueron “desde la frontera” al intentar ingresar, y también veo que las cifras de migrantes intentando pasar la frontera ha caído drásticamente. En todo caso, y aunque sea sin duda dramático para los deportados, nada tiene una dimensión que pueda afectar a la economía, aunque (punto anterior) la manera como se ha planteado sí genera incertidumbre.
Tercero: negativo, tarifas. Lo he señalado muchas veces, es una decisión muy mala desde el punto de vista fundamental (violación de la libertad de comercio) como práctico: quita eficiencia y encarece la economía, y aunque algunos sectores se pueden beneficiar, en general es negativo.
Cuarto, positivo, (ojalá fuertes) ajustes en el gasto estatal. Hay que estar claros, aunque muchos lo niegan: eliminar gastos estatales improductivos mejora la economía. A todos nos sucede en las decisiones empresariales y personales: los gastos improductivos nos empobrecen, eliminarlos es sano. Algunos replican que es cierto en la microeconomía, pero no en la macro, porque ahí los efectos de unos sobre otros se amplifican, y si se recorta unos gastos esto implica una cadena de más recortes en general. Déjenme decirles que no es así: en la macro igual que en la micro, si usted malgasta recursos se empobrece. ¿Quién puede pensar que no es sano eliminar gastos inútiles, lo que además permite bajar impuestos y/o endeudarse menos?
Es probable que la economía crezca menos (y luego se recupere), pero también hay temas estratégicos detrás de muchas decisiones. Estemos conscientes de que muchas veces es necesario “golpear la mesa”, incluso exagerando, para generar reacciones, ha sido el caso de Panamá, donde aparentemente sí se ha frenado la intromisión china, o Europa que está por fin abriendo los ojos para financiar su propia defensa, y ojalá México donde parece haber complicidad con las mafias, contra las cuales todos debemos luchar… no creamos que en los EE. UU. solo están sucediendo “locuras”. (O)