El domingo los ecuatorianos volvieron a las urnas y el resultado fue una polarización muy clara a favor de los favoritos en las encuestas, el presidente-candidato Daniel Noboa y la candidata correísta Luisa González.
El apretado resultado (Noboa gana levemente, 44,31 %, a González, 43,83 %) deja varias preguntas y una gran incertidumbre de lo que ocurrirá en la segunda vuelta, dispuesta para el domingo 13 de abril.
Nuestros expertos dan un breve comentario de lo que estos comicios nos dejan y qué nos espera:
Simón Pachano
El país reactivó la polarización entre correísmo y anticorreísmo que, según buena parte de los observadores, había perdido fuerza. Más que la fuerza del correísmo, que no se puede descartar, ha pesado la incapacidad de los demás actores para ofrecer una alternativa diferente y viable. Los magros resultados en la lucha contra la delincuencia y la inseguridad y el deterioro de las condiciones de vida de amplios sectores de la población son factores que pesan en el voto y que reactivaron al famoso clivaje.
Para la segunda vuelta, el presidente-candidato tendrá a su favor la maquinaria del Estado, pero cada una de sus acciones será juzgada puntillosamente. Será responsable de lo que haga, pero también de lo que deje de hacer y sobre todo de lo que, a ojos de los votantes, lo haga mal. Por el contrario, la candidata correísta tendrá todo el campo libre para actuar como jueza y fiscal de esas acciones. Ambos estarán obligados a conservar sus votos y, sobre todo, a captar los magros porcentajes que fueron a los demás candidatos que, para beneficio de los finalistas, no tienen dueños y por tanto no estarán obligados a negociaciones engorrosas. (O)
Nelsa Curbelo
Fue el espejo de lo que somos, una sociedad polarizada, por personas más que por proyectos.
Por aventureros, que creen que todo les es permitido, porque ellos quieren ser presidentes. Así se sueñan a sí mismos y se imponen y se les acepta y se les permite ocupar espacios, estar en papeletas, ser entrevistados y hablar del país que quieren gobernar en nombre de su ego y de la democracia.
Un país dividido, por la geografía, que obliga a crear hábitos de trabajo y disciplina, que inciden en la manera de vivir y en la diversidad de su población. Un país con una institucionalidad rota, que vota con miedo, con enojo, y con urgencias de trabajo, de cuidados en la salud y cuya prioridad es vivir y lograr que no lo maten.
Un país que está infiltrado en casi todas sus instancias públicas y privadas por mafias que manejan el narcotráfico, una empresa que sacrifica todo en pos del dinero y las ganancias. Con miles de personas involucradas en esas redes, ellos y sus familias, que también votan, eligen. Y financian candidatos. Ahora vamos a la segunda vuelta. (O)
Gustavo Cortez Galecio
Hay muchas formas de interpretar este empate que ha ocurrido en las elecciones presidenciales del 9 de febrero en Ecuador. Me inclino por estas:
- Que el correísmo está absolutamente vigente y superó su histórico 30 % de voto fiel capitalizando los errores y desgaste de un gobierno cuyo candidato, empero, superó también un porcentaje inicial similar, que fue el que obtuvo solo en la primera vuelta del 2023. Lo que vivimos este domingo fue prácticamente una segunda vuelta, un empate en tiempo reglamentario y ahora vamos a los penales.
- Que, a pesar de mostrar un gran poder de recuperación, el presidente candidato pagó en una sola cuota comicial las facturas pendientes con los electores: apagones, inseguridad vigente, errores de la fuerza pública, desempleo y una lista de temas pendientes de una solución integral, definitiva, confiable.
- Que la futura Asamblea, como pinta el escenario poselectoral, sería el choque de dos gigantes que complicaría la gobernabilidad, puesto que los electores decidieron que solo haya dos buques grandes en ese mar y unas cuantas gaviotas revoloteando. A no ser que, ha ocurrido, al momento mismo de la posesión, algunos de los que no tengan presidente propio hayan cedido a los encantos del ganador y hagan del buque un rompehielos. (O)
Hernán Pérez Loose
A diferencia de otras elecciones, las del domingo se desarrollaron en un ambiente de paz y orden. No ha habido cuestionamientos serios sobre la transparencia del proceso tampoco. Los resultados tomaron de sorpresa a quienes creyeron en algo que era a todas luces muy improbable, el que haya un candidato que gane en primera vuelta. Al margen de cualquier análisis de las elecciones pasadas, lo que importa ahora es el futuro. Los candidatos finalista ahora deben entablar un diálogo nacional sobre sus propuestas. Menos TikTok, más debate. (O)
Roberto Aspiazu
El pronóstico se cumplió. Ecuador irá a una segunda vuelta. Por estrecho margen Noboa le ganó a Luisa. Pese a que el presidente/candidato no pudo triunfar claramente, es la primera vez que el correísmo es derrotado en primera vuelta, tal como había sido una constante desde 2007.
Es cierto que el resultado se parece a una tercera vuelta en referencia a lo sucedido cuando Noboa le ganó a Luisa en octubre de 2023. La polarización del voto se cumplió según lo previsto, favoreciendo la estrategia de los dos favoritos. Los otros catorce candidatos concentraron apenas 10 % del voto válido, cuando hace año y medio el tercero y cuarto concentraron el 30 %.
La muy buena campaña de ADN en redes sociales pudo compensar en buena medida la mejor estructura de bases que puede acreditar la RC 5. Ser Gobierno ayuda, sin duda, pero no lo suficiente para compensar dos décadas de trabajo en territorio.
Un fenómeno interesante fue la regionalización del voto, una característica histórica de las elecciones ecuatorianas desde 1979. Noboa prevaleció en las provincias de la Sierra, mientras que Luisa lo hizo en la Costa. El desafío de cara al 13 de abril será penetrar de mejor manera la región hegemónica del oponente.
En teoría a Noboa le resultaría más fácil sumar que a Luisa, aunque todo queda sujeto a la dinámica de la nueva campaña que arranca, no oficialmente, el 10 de febrero. Esta indefinición significará la paralización de negocios e inversiones que quedan sujetos a la renovada expectativa política. (O)
Inkarri Kowii
Hay segunda vuelta en el Ecuador. Es imposible saber que sucederá en el balotaje, ¿Qué nos dicen los resultados? Por un lado, los analistas se siguen preguntando cómo es posible que Noboa mantenga un voto considerablemente alto a pesar de la crisis energética, la crisis de seguridad y su constante atropello a la Constitución e instituciones. La gran tarea que nos dejan estas elecciones es tratar de entender el voto de hoy en día. Nos quedan dos opciones que representan tendencias autoritarias. Pero la preocupación por el desgaste de la democracia y su defensa, al parecer, se reduce a las discusiones de “x”, académicos, analistas y comentadores sociales. Al ciudadano común “ni le va ni le viene”. Los datos del 2023 para Ecuador en Latinobarómetro son reveladores. El 87 % de los ecuatorianos no está satisfecha con la democracia, y el 46 % señala que la democracia no permite resolver los problemas que le aquejan; y el 68 % aprobaría una dictadura. Es decir que a la población no le interesa si el presidente se salta las instituciones o irrespeta las leyes para tratar de alcanzar soluciones. Al 45 % no le interesa la política. Es decir, no le interesan los marcos ideológicos ni proyectos políticos ni las propuestas. Lo que le interesaría a la gente es que se trate de “hacer algo”. Acciones que están mediadas por la comunicación en redes sociales que apelan a una atención volátil y emocional, y consumo “adictivo” de redes. El deseo autoritario de la población se termina por consolidar. Nos queda tratar de entender cómo hacer política en el mundo de hoy. (O)
María Josefa Coronel
Reflexiones. La primera, la polarización política se impuso como nunca antes el Ecuador tiene registrado desde el 1979. Objetivamente, se puede decir que esto fue parte de la estrategia de los candidatos punteros. Por el lado del presidente-candidato, que a diferencia de la primera campaña cuando se presentó como antinada, en esta reelección emergió como el anti-Correa y como único contradictor de este partido. Por su parte, el correísmo, y como lo ha hecho siempre desde que RC salió del país, colocó candidata sin voz propia, guiada por un manual escrito para la ocasión en la que, también como siempre, desarrolla una narrativa en la que la culpa de todo es de los otros. De esta forma, ambos partidos impiden un análisis de las consecuencias a mediano y largo plazo de lo que el correísmo y el actual Gobierno han hecho con buenos o negativos resultados
La segunda, la falta de debate. En este proceso no hubo voluntad ni espacio para analizar el origen, la realidad y las soluciones de los problemas del país como complejidad del sistema eléctrico y la peligrosidad de la delincuencia organizada con el narcotráfico incluido. Solo hubo espacio para dirigir esta campaña como una lucha entre un bando y otro.
Como tercera reflexión es la Función Legislativa que tendremos que, según el CNE, está absolutamente dividida entre el actual oficialismo y RC y sus aliados. ¿Cómo se gobernará así?
Esta segunda vuelta nos llevará a mirar con cuidado el perfil de los candidatos, cuánto se parecen y en cuánto de diferencian, cuánto y qué buscan para nosotros, la ciudadanía, y cuánto buscan para ellos. (O)
Alfonso Reece
Se abrió la puerta de los sustos. Y vaya que la situación por venir espanta, fue recibida con un sonoro “¡oh!” estupefacto. En el cómodo tendido de las organizaciones dedicadas a hacer encuestas la desazón habrá sido terrible. Nunca se habían equivocado de forma tan contundente, las más sólidas y prestigiosas medidoras de opinión erraron. También las que vaticinaban el triunfo de la candidata González no atinaron. De estas, las dos de las que guardo registro, curiosamente fallaron en porcentajes superiores a los márgenes de error, ¡pero hacia la baja! El sector siempre ha sido mirado con desconfianza, pues se considera que, más que investigadoras, son promotoras de tal o cual campaña. Sé que no es así, pero deberán revisar sus procedimientos.
Tenemos un empate cerrado, la anulación de unas cuantas mesas puede hacer cambiar el puntero. Y una vez que se haya determinado cuál está adelante, lo será por una fracción poco significativa. La Revolución Ciudadana celebra entendiblemente los resultados, pero no debe olvidar que, incluso si llegara a ganar en la segunda vuelta, su posición será poco confortable. Especialmente será espinosa la negociación con el otro “ganador” de ayer, el movimiento indígena y Leonidas Iza, cuyo apoyo, en este punto, puede significar la diferencia. Más fuerte de lo que dicen sus montos electorales, es un actor incómodo al que los políticos mestizocentristas nunca entendieron, Correa es el mejor ejemplo de ello. Ante esto, descomedido el presidente Noboa hizo mutis por el foro y sus seguidores tiritan en la noche de la incertidumbre. (O)
Gilda Macías Carmigniani
El primer tema que viene a mi mente es la polarización que obligaría a una segunda vuelta. Los resultados ratifican no solo la división ciudadana al escoger mayoritariamente a los representantes de estos dos partidos, sino la expresión de hartazgo por los partidos políticos de antaño, sin importar si los nuevos van pareciéndose entre sí, sin “querer queriendo”.
Lo segundo es que no parece que la RC, que se consideraba casi enterrada por muchos analistas, tenga vida corta. Más bien se proyecta como una fuerza política a tomar en cuenta para futuras elecciones, más allá de su legendario líder, por el que muchos sienten una verdadera nostalgia. Sin embargo, para que se mantenga y sume otros partidos políticos para una segunda vuelta, deberá aclarar de forma más evidente su distanciamiento de los amigos dictadorzuelos.
Lo tercero, para el país las consecuencias son muchas. Un acertijo, cuya respuesta no se devela todavía, va agotando las reservas emocionales y físicas de la ciudadanía. Por otro lado, es posible que entren a compás de espera algunos procesos de inversión a nivel nacional e internacional, midiendo los riesgos de esta nueva contienda, que se anticipa feroz.
Un cuarto punto son los recursos financieros implicados en la organización de la segunda vuelta, que podrían ser destinados para tantas necesidades de las poblaciones vulnerables. El presidente Noboa deberá enfatizar logros de su gobierno, apañarse constitucionalmente y definir estrategias diferentes para su futura campaña.
En términos inmediatos, ¿qué pasará con la vicepresidenta Abad?, ¿con la campaña del candidato presidente?, ¿con la tómbola de denuncias en el todos contra todos?, ¿a quién se sumarán los derrotados partidos de alquiler? Habrá ruido, mucho ruido. (O)
Mauricio Gándara Gallegos
¿Qué ocurrió para que la primera vuelta tuviese características de segunda y que, por tanto, para que la Revolución Ciudadana –la mayor organización política- pasase de su cómodo primer lugar en las últimas elecciones, con un 33 %, pero todavía lejos de lo necesario para alcanzar la victoria en segunda, a compartir, hoy, el primer lugar, a escasos puntos de la mayoría absoluta?
A breves rasgos: que el gobierno o mejor dicho el presidente dio por sentado que hiciese lo que hiciese, aglutinaría las fuerzas “anti”, y, por tanto, podía ignorar la Constitución, nombrar vicepresidenta por decreto y que esta asumiese la Presidencia; que no pediría licencia sin sueldo para hacer campaña, y ordenaría cerrar la puerta en las narices a la vicepresidenta electa por votación popular para que no ingrese a su oficina.
Tal vez la mayor debilidad del presidente consiste en gobernar con colaboradores que son sus dependientes en sus empresas familiares y que solo le dicen lo que quiere oír.
¿El presidente podrá cambiar, rectificar, en estos sesenta días previos a la segunda vuelta? En el Colegio Militar Eloy Alfaro –donde me gradué- hay un lema: “Solo venciéndote, vencerás”.
Han quedado en entredicho todos los órganos de control, que son corresponsales, por su sumisión al poder. (O)
Raúl Hidalgo Zambrano
Ecuador se encuentra en el escenario de “tablas en política”, ya que el resultado de las elecciones presidenciales es cercano entre Daniel Noboa y Luisa González. Representan a la ideología neoliberal y del socialismo del siglo XXI, respectivamente. Los otros catorce candidatos, derrotados, suman aproximadamente el 11 %.
Para salir triunfantes en la segunda vuelta, los finalistas deberán reaccionar con rapidez para llegar a acuerdos negociados con partidos y movimientos políticos que les interese compartir una parte del poder político; además, convencer a los electores ausentes de las urnas y a los que anularon su voto o dejaron en blanco.
En el Poder Legislativo también se han producido tablas; lograr la mayoría dependerá de los acuerdos políticos de los dos aspirantes a Carondelet, con el fin de evitar el bloqueo legislativo que impida generar leyes para gobernar.
El concepto “tablas” aplicado a la política refleja la complejidad de la polarización de dos candidatos y corrientes ideológicas, estancadas hasta que exista la negociación y compromiso con otros actores políticos. (O)