Papá Roncón (Guillermo Ayoví Erazo) se formó al vaivén de la tagua, el banano, el comercio de pescado, por esos ríos proveedores de una economía de subsistencia que fusionaba comunidades afroecuatorianas con la naturaleza, religiosidad y la interacción espontánea con otras etnias. Con ello edificó una biblioteca mental y un proyecto artístico enriquecido con leyendas onomatopéyicas de boca de los mayores y transformado en bella y profunda expresión musical; herencia de esa diáspora africana rompiendo cadenas a pulso de marimba.

Papá Roncón, el músico que nació del río

El duende le enseñó a rasgar la guitarra; amor juvenil que lo convirtió en experto cantor y declamador. La fabricación y afinación de la marimba las aprendió de los indígenas chachis, en esa interculturalidad relacional guiándolo a dominar con maestría dicho instrumento y otros llegados a sus manos. En chigualos, arrullos y alabaos le cantó a lo humano y lo divino; a catangas y canteros; a la convivencia negra-chachi; a la guanta, machete y garabato; al Niño Dios, San Antonio y la Virgen María; a esos alborotados cucuruchos; a Maldonado, San Lorenzo y su Borbón; a Celia Cruz; a la temible crecida fluvial; al terremoto de 1906 contado por la madre; a tundas alocadas, duendes buenos para el trompón y otras leyendas.

Papá Roncón ganó el premio Nacional Eugenio Espejo el año 2011; justo reconocimiento a su labor. Esto representó otro gesto de inclusión representativa, más no un avance para el grupo étnico aún relegado. Él lo sabía.

Papá Roncón ganó el premio Nacional Eugenio Espejo el año 2011; justo reconocimiento a su labor. Esto representó otro gesto de inclusión representativa, más no un avance para el grupo étnico aún relegado. Él lo sabía. Palpaba la deforestación y contaminación del hábitat ancestral, la falta de oportunidades forzando migraciones a cinturones urbanos de pobreza y violencia, la carencia de centros médicos y escuelas en comarcas apartadas. La esperanzadora Constitución del 2008 que declara al Ecuador Estado Intercultural y Plurinacional y consagra derechos, el ‘Decreto 60′ del 2009 absorbido por los Consejos de la Igualdad, el Decenio Afrodescendiente 2015-2024 –a menos de dos años de fenecer sin materializar el Reconocimiento, Justicia y Desarrollo– representan intentos fallidos de inclusión real.

Al ritmo de marimba fue despedido Guillermo Ayoví Erazo, ‘Papá Roncón’, ícono de la música ancestral

Papá Roncón no solamente recopiló y conservó memoria histórica, también transmitió su conocimiento a nuevas generaciones como expresión de identidad cultural y etno-resistencia: ese es su mayor legado. El año 2015 la Unesco declaró a la Marimba como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en gran parte por la labor de Papá Roncón, quien junto a los trabajos de Segundo Nazareno, Petita Palma, Norma Rodríguez, Lindberg Valencia, entre otros, mantienen vivo el palenque cultural en campos y suburbios citadinos. Papá Roncón partió a reunirse con sus ancestros, seguramente acongojado por Esmeraldas desangrado, el racismo, discriminación y exclusión –sobre todo en lo laboral– no erradicados en un país preso del miedo y la incertidumbre. Nos hereda su negritud y afrodescendencia; el duende lanzando acordes por los ríos y comarcas; la guitarra y la marimba liberando la palabra, el Andarele y la Caderona; su escultura en su querido Borbón; el Portete y el arrojo de Antón, Alonso Illescas, Martina Carrillo, María Chiquinquirá y otros forjadores de nuestra historia. (O)