En política se justifican las alianzas y los acuerdos entre adversarios, por muy acentuadas que sean sus diferencias. Generalmente, sus resultados son los que demuestran su acierto o su error. Cualquier consecuencia finalmente lograda se aduce para ello, el amor a la patria y el beneficio del país, y que para esos fines les está permitido hasta pactar con el diablo.

El líder de la alianza UNES (Unión por la Esperanza) nos sorprendió en días pasados revelando la última llamada telefónica recibida del presidente Guillermo Lasso, que fuera corroborada escuetamente por el mandatario.

Guillermo Lasso confirmó que tuvo una conversación con Rafael Correa

A pesar de la experiencia anterior y consciente de que su llamada era entrar a un campo minado, el presidente Lasso se aventuró a cruzarlo nuevamente. A pesar de que la posición presidencial tal vez no era la más sólida y oportuna para una negociación. Los tiempos no daban. Su interés por el país pudo más. Se arriesgó.

Trataba de obtener el apoyo de UNES a la aprobación de la vital Ley de Inversiones. En política no hay puntada sin hilo. Es un toma y daca. Probablemente se repitió el mismo escenario de 2021.

Lo único que le interesa a Correa es su impunidad personal, declaró el presidente. Suponemos que no pudo darle lo que le pedía. Por la negativa y archivo que el 24 de marzo tuvo dicha ley en la Asamblea, es evidente que el pedido presidencial no encontró apoyo alguno. Según últimas declaraciones de líder de UNES, más bien se prestó para un desagradable cruce de reclamos mutuos.

Si bien es cierto que la llamada presidencial no tuvo el éxito deseado, hace pocos días, la comisión mixta gubernamental-parlamentaria lo ha suplido, concluyendo con la redacción de un nuevo proyecto de Ley de Inversiones, actualmente en Carondelet para su aprobación, justificando así la imperativa necesidad de estas normas.

El anticorreísmo representa electoralmente dos tercios de los votantes. Es una fuerza ciudadana dispersa, que se solidifica en las urnas, espontáneamente, cuando se trata de impedir el retorno del correísmo al poder. Todo lo que provenga de este último lo considera contaminado, por lo que este nuevo intento de contacto presidencial constituye para estos dos tercios, por principio, un acto políticamente cuestionable, ya que esta misma fuerza fue la que votó por él y lo mantiene en el solio presidencial.

Coincidentemente, el diario El País, de España, nos informa que durante 2007 a 2014, solo Odebrecht declara que pagó por concepto de sobornos y corrupción 33,1 millones de dólares a funcionarios de toda la esfera gubernamental correísta. Además el Banco de Andorra confiscó el depósito de un ministro correísta que cumplió 5 años en cárcel.

El presidente de la República está en mora de hacer conocer al país acerca de los detalles de la conversación. Tuvo la oportunidad de hacernos conocer de primera mano la llamada y las razones del revés. La tardanza solo ha beneficiado a su adversario, que a su conveniencia reveló la conversación adornándola con luces y colores, a su manera. ¡La esperamos! (O)