Hay acciones que son potestad del gobierno y que se pueden definir, de manera amplia, con un concepto: lo que no podemos hacer los ciudadanos directamente o a través de nuestras organizaciones (seguridad, una parte de la justicia y apoyo a los menos favorecidos, supervisión bancaria, relaciones internacionales, etc.). Pero obviamente la acción estatal supera de lejos esa necesidad, con toda la enorme cantidad de cosas que hace y en las que se “entromete”, con una innombrable cantidad de instituciones y con incontables leyes, reglamentos o regulaciones. Todo se refleja en el gasto público que en 2024 superó los 48.000 millones, 40 % del PIB (información del Banco Central, cuentas del SPNF… y ahí ni siquiera se incluyen instituciones públicas financieras como Biess, Banco Central o CFN que aumentarían las cuentas).

Increíblemente 130 millones diarios que deben evaluarse en términos de productividad: ¿todos estos recursos consumidos qué valor económico, social e institucional generan? Obviamente en algunos casos positivo, otros nulo y en muchos incluso negativo. ¿Exagero? No, porque siempre hay que hacerse la pregunta ¿estos mismos recursos (impuestos, deuda, tiempo de los empleados y de los ciudadanos, gente) se hubieran podido utilizar de manera más productiva fuera del Gobierno? Respuesta: claramente sí… de ahí la necesidad de una reforma profunda (y además su contraparte, que es una reforma tributaria) hacia mayor productividad, que no requiere de exceso de estudios sino sentido común.

Primero, aplicar Presupuestación Base Cero. En lugar de preguntarse “¿cuánto adicional le doy este año a tal proyecto o institución?”, más bien (desde cero, como su nombre lo señala) plantearse “¿sirve o no sirve este gasto?”. Y si la respuesta es “insuficiente, poco o nada”, simplemente eliminarlo... y hay muchísimo.

Segundo, mirar todas las regulaciones, desde los certificados del Ministerio de Salud que se requiere una peluquería hasta los informes inútiles para la Super. de Compañías, bajo la misma pregunta: ¿qué utilidad tienen, o son simplemente la creación de una burocracia que busca autojustificar su trabajo? ¿Qué porcentaje de las regulaciones cree usted que se eliminarían?

Tercero, qué actividades se deben hacer de otra manera. Ejemplo, la colectividad sí debe apoyar la educación y salud de las personas de menores ingresos (sobre todo niños desde el vientre materno). Pero en el método actual el Gobierno brinda directamente esos servicios de manera “gratuita”. Mejor alternativa: dar a la gente un bono de educación y salud, que les permite salir a buscar las mejores opciones, como escuelas diversas o seguros médicos.

Cuarto, qué actividades deben pasar al sector privado. Ejemplo obvio es el petróleo: las empresas privadas (bajo un marco de contratación sensato) lo pueden operar mucho mejor, igual en minería donde más bien ahora estamos impulsando el desarrollo de una empresa minera estatal, absurdo. ¿CNT es útil, aporta algo? Obviamente no.

Siempre hay una duda: eliminar gasto público disminuye la actividad económica. Grave error, es lo contrario: eliminar a nivel personal, empresarial o gubernamental gastos improductivos, nos enriquece, eso lo sabemos y lo vivimos. ¡A impulsarlo! (O)