Llanto sobre el difundo y sin demora. El contundente triunfo del presidente necesita complemento de manera urgente para desmontar el actual esquema perverso instalado con la nefasta Constitución de Montecristi del 2008. Sin ello asumirán las administraciones con iguales reglas de juego y amenazados y atrapados con el mismo sistema de las cinco funciones del Estado y una serie de limitaciones para el desarrollo nacional. Ya les ha ocurrido a otros expresidentes.
La legalidad y legitimidad que otorga el amplio triunfo con una diferencia de un millón 200 mil votos solo es cuestionado por el prófugo de la justicia y su candidata que repite la tesis que le imponen, a pesar de que hace 2 años, habiendo perdido con 3 puntos con el mismo candidato, reconoció su derrota y hasta ofreció colaborar. Hoy se resisten a reconocer pese a la amplia derrota.
Si han denunciado presuntas irregularidades, que fundamenten y sustenten sus cuestionamientos en las apelaciones que les ampara la ley. Los observadores de organismos internacionales emitieron sus informes sin registrar estas novedades, aunque sí señalaron sobre el desarrollo de la campaña, que es otra cosa.
Se han sumado a esta actitud el dictador de Venezuela, que no tiene calidad moral porque él sí le robó descaradamente al presidente electo en ese país, Edmundo Gonzalez. El trasnochado Presidente de Colombia, al que le han desmentido tajantemente delegados de su mismo país que vinieron de observadores a los comicios, y la presidenta de México, que protege a delincuentes y aboga por la salida de las cárceles de condenados por corrupción.
Más allá de estas acciones aisladas, el presidente está llamado a liderar y avanzar rápidamente en la propuesta y las reglas para introducir los cambios estructurales necesarios a fin de viabilizar la reforma política y constitucional. El mecanismo y los contenidos deben ilustrar y aportar juristas y constitucionalistas serios que sí hay en el país y que deben comprometerse con los cambios.
Cómo puede mantenerse, por ejemplo, ese nefasto Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, CPCCS, que solo ha servido para tomarse los organismo de control y la justicia, como se ha evidenciado con recientes pruebas al intentar agarrar lo que puedan de los cargos en la fallida toma de la Superintendencia de Bancos y mecanismos fundamentales como el lavado de activos.
Cómo puede soportarse, con los hechos ocurridos en el CPCCS, que haya habido dos contralores del Estado, llamados a auditar y proteger los recursos públicos que pertenecen a los ecuatorianos, que hayan ido a la cárcel por corruptos. El primero, designado con un puntaje de cien sobre cien en el gobierno de la revolución ciudadana, que durante diez años tapó y se benefició de la corrupción y hoy paga una condena de diez años en una cárcel de Miami por lavado de activos. El segundo, junto a su hermano y otros más, según la sentencia de primera instancia, fue condenado a 13 años de prisión y fue a la cárcel.
Cómo puede mantenerse el CPCCS, que ha ido de escándalo tras escándalo y destituciones periódicas, luego de los últimos hechos descubiertos durante la investigación penal por el caso Ligados, en donde se evidencian las pruebas de cómo un organismo, con el título de ciudadano, era asaltado para tomarse descaradamente los organismos de control. (O)