En lo energético, la mayor tacha que se le hace al gobierno de Daniel Noboa es que sus voceros no han dicho oportunamente la verdad sobre la crisis, sino que se dieron explicaciones que omitían lo que era la realidad: el desastre de la estructura de la generación eléctrica, en que hay responsabilidades arrastradas de varios gobiernos, imposibles de ocultar cuando el estiaje disminuyó los caudales de agua para las centrales hidroeléctricas que venían operando con fallas. La historia de algunos años ha sido contaminada por coimas, sobreprecios, obras incumplidas, fallas de diseño, y otras ineficiencias, aun en la contratación con empresas estatales o auspiciadas por gobiernos extranjeros.

Los perjuicios serán cuantiosos en lo económico y muy graves en la calidad de vida y en la confianza en el Ecuador. Para los hogares pueden llegar a ser de agravamientos de salud, accidentes y muerte, a más de gastos no antes supuestos, y de daños de electrodomésticos y otros equipos, esenciales para la vida cotidiana, peor cuando hay niños, ancianos, enfermos. Todo tipo de empresa, puede llegar a severas pérdidas. En el caso de microempresas y trabajadores autónomos, o simple vendedores, pueden perder todo su capital de trabajo. Habrá sobrecostos que quizás no puedan pagarse o que obligarían a un endeudamiento no antes supuesto, de conseguirse quien lo provea.

Debe haber decisiones oportunas para ejecución inmediata, y otras que las continúen. No más excusas para las que ya no hay credibilidad.

Contra la narcopolítica que ha querido tumbarse a Diana Salazar y a Mónica Palencia, el Gobierno ha demostrado eficiencia, como también cuando López Obrador se quiso burlar del Ecuador y se entró a la embajada de México. ¿Podrá demostrarla ahora en el tema energético?

Se ha demandado nuevo crédito al FMI. Se lo darán para desembolso en el próximo Gobierno. Del último –usado como argumento para mayores tributos– la mayoría quedó destinado para pagar créditos anteriores.

El FMI ha anunciado que disminuirá los cargos –costo del dinero– y los castigos de recargos a países que requieren más dinero porque no cumplieron programas comprometidos, usualmente, por imposibilidad, consecuencia que los supuestos previos y los mismos programas se basaban en datos que no eran ciertos.

A octubre del 2024, 19 países debían pagar recargos por los préstamos del FMI. A partir de noviembre 1 2024, Benin, Costa de Marfil, Gabón, Georgia, Moldavia, Senegal, Sri Lanka y Surinam dejarán de hacerlo. Los cinco países con mayores castigos por recargos, en millones (MM) de dólares, en los próximos cinco años, en orden descendente de cuantías, están siendo, Argentina $ 4,600 MM, Ecuador $ 584 MM, Egipto $ 370 MM, Ucrania $ 348 MM, y Angola $ 160MM. ¿A cuánto bajaría el costo del dinero y el castigo de los recargos y en qué condiciones para estos países?

150 economistas, entre estos el premio Nobel Joseph Stiglitz, habían señalado al FMI que “los recargos son procíclicos y regresivos, exigen tasas de interés más altas a los países durante las crisis financieras, cuando deberían estar invirtiendo en su propia recuperación”. (O)