Estamos a muy pocos días de la segunda vuelta electoral, fecha en la que ya deberían estar limpias nuestras calles de propaganda electoral; sin embargo estas disposiciones no han sido acatadas por determinados candidatos y siguen los empapelamientos en postes, muros, árboles, casas y más sitios estratégicos. No entendemos si estas ordenanzas municipales solo rigen para determinados candidatos y por qué no se sanciona esta desobediencia.

El caso Purga y el resto

Confiamos en que al menos, en los pocos días que faltan, estos afiches que saturan el ambiente y contaminan nuestra vista desaparezcan, en honor a la justicia. (O)

Fabiola Carrera Alemán, Quito