La mayoría de las veces quienes más se han servido de nosotros son los que después nos dan la espalda en los momentos de necesidad; y siempre son los que menos han recibido, los más generosos. Existen ejemplos a montones, el más representativo es Judas, quien vendió a su maestro por 30 monedas, después de eso todo es posible.

En la manada jamás tendrás libertad

Hay hijos ingratos que recibieron la vida y las atenciones de sus padres con todos los cuidados, son estos quienes en la vejez no son recíprocos.

Hasta la naturaleza es pródiga en gratitud, siempre los ríos vuelven su mirada y su contenido al mar de donde provienen, lo mismo las hojas en otoño se vuelven a la tierra para hacer germinar una nueva primavera.

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¿El espíritu o la materia?

Todo ser agradecido vierte su gratitud con amor a quien algún día lo sirvió, debe ser terrible la vida del ingrato si algún día es capaz de recordar los favores recibidos.

En cambio, la vida del generoso siempre será alegre y plena, como los pájaros que se solazan y trinan por el calor del sol y la generosidad de la lluvia, pero el corazón del ingrato es como la tierra del desierto que recibe la semilla y en vez de germinarla la seca y destruye.

Eres lo que amas

El ingrato por regla general niega el beneficio o lo oculta para no deber nada, se inventa una obligación, al contrario, el grato por lo menos demuestra su admiración y respeto por su benefactor.

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Lo peor es servir al orgulloso, al pedante y mal agradecido, peor si está transitoriamente en algún cargo público o alguna dignidad, porque todos sus actos son aplaudidos por los mediocres.

La vida es un misterio

Nunca hagas favores al orgulloso, peor al hipócrita o al avaro, estos son los peores porque a más de no reconocer los favores si pueden te pagan con mal para demostrar que no te deben nada. Huye de los ruines e ingratos y no esperes ningún favor de ellos, ese es mi consejo. (O)

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Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro