Estoy viendo que Guayaquil además de la inseguridad, sufre de una imagen de descuido y de suciedad.

Los portales tienen demasiados drogadictos durmiendo entre cartones. Los pasos a desniveles cuentan en las partes de abajo con familias de indigentes viviendo con niños y con mascotas también descuidadas y con sarna. Algunas zonas del centro de la ciudad huelen mal, porque los varones usan las paredes y sus columnas para vaciar el contenido líquido de sus riñones (orina). Las esquinas de las avenidas, plazas, tienen montones de fundas de basura y perros, chamberos, ratas, hacen su agosto revolviendo los desperidicios y alimentándose de eso.

Muchos adoquines fueron colocados en otras administraciones municipales como parte de la regeneración urbana; ya están negros por el sebo, la suciedad, nunca han sido lavados con agua y jabón, o quizás fueron una vez lavados; otros adoquines están rotos. También se observan canes sin propietarios deambulando por las esquinas de los barrios. La ciudad de Guayaquil necesita limpieza. (O)

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Luisa López Jara, Guayaquil