De las más importantes preguntas que deben responder las dos candidaturas, es si van a fortalecer a las Fuerzas Armadas, donde el Ejército cuenta con cosa de 23.000 efectivos, muchos ‘voluntarios’ y, a veces, solo tres ‘efectivos’ en los destacamentos en frontera, lugar por donde permea la droga.
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El sector público, que en Ecuador emplea a alrededor del 9 % de la población económicamente activa, debe aumentar el número de efectivos en el Ejército, así como en la Marina y Fuerza Aérea, consiguiéndose así varios objetivos a la vez: fortalecer fronteras –terrestres, marítimas y aéreas– y combatir mejor al narcotráfico, así como brindar un empleo seguro a los jóvenes, ofreciéndoles una oportunidad para surgir, defendiendo a su patria. Por eso, para que las Fuerzas Armadas mejoren en la defensa de fronteras, una vez cumplido con su cometido de recuperar la paz en las cárceles, deben dejar que la Policía continúe cumpliendo con esa función de control.
Por otra lado, hay que promover el ingreso de más bancos al país (y de paso compañías de seguros) para bajar las tasas de interés y de seguros, y además conseguir un mejor trato de cientos de despóticos empleados en este oligopolio al que estamos sometidos. El nuevo superintendente de Bancos debe enviar un mensaje muy claro, con un plan de acción transparente, para que los ‘due diligence’, el control previo al ingreso de dinero al banco, sea una acción efectiva, y que no se nos quite a los ecuatorianos la ilusión de vivir en un país en paz, con el dólar, que llegó para mantener el poder adquisitivo, y que lo hizo en medio del desorden por la inflacionaria emisión monetaria, desorden que ahora, frente a las denuncias de que en nuestro país se lava dinero, sea en la cantidad que fuere, lo volvemos a sentir, pero que no debe quitarnos la esperanza de contar, no solo con actividades lícitas que muevan la economía, incluyendo la economía comunitaria indígena y la enorme ayuda de los emigrados legales, que por casi siete mil millones ayudan a llenar y mover la economía con más dólares. (O)
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Diego Fabián Valdivieso Anda, economista, Quito