Con respeto y consideración me dirijo a usted, señor presidente, para comentarle que en la vida los seres humanos tenemos etapas críticas. La primera en los primeros años de vida, pero la más dura es cuando Dios nos ha dado el privilegio de llegar a la última de nuestro tránsito terrenal al pasar la década de los 70 años, donde los que eran parte de la familia ya no están, debido a que la salud comienza a deteriorarse por el desgaste de los órganos internos de nuestro cuerpo.
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Afortunadamente existe el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), pero al ser manejado por el Ejecutivo da la impresión que es una caja chica a la que acuden y no es justo que el derecho adquirido al ser afiliado por muchos años no sea protegido y que el usuario no reciba la atención que merece.
Usted, señor presidente, tiene la oportunidad de entrar en la historia como el mandatario que devolvió derechos adquiridos de los jubilados afiliados. Es necesario actuar para ayudar a esta institución que presenta muchos problemas haciendo que incluso se escuche que en pocos años no tendrá suficiente para cubrir las pensiones jubilares.
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Después de Dios es usted quien puede hacer que esta población tenga en los últimos años de su vida algo de tranquilidad. (O)
Colón Vicente Quiroz F., Guayaquil