Una de las prioridades de todo gobernante debería ser el mejoramiento de los servicios médicos para brindar atención ágil y oportuna a los adultos mayores, uno de los grupos más vulnerables de la población, considerando que, otrora, fueron eje fundamental y brazo ejecutor que contribuyó, sin duda, al desarrollo de los pueblos. Sin embargo, poco o nada se hace al respecto sino que, por el contrario, la famosa “década ganada” se encargó de humillarlos, subestimarlos y desprestigiarlos, llegándose, incluso, a decir que “el Estado no tiene por qué hacerse cargo de sus enfermedades”, como si estos políticos nunca fuesen a llegar a esta difícil, pero gratificante etapa.
Bajo esta premisa, los jubilados hemos venido y seguiremos exigiendo, además del mejoramiento de los servicios de salud, un incremento digno y sustancial de las pensiones jubilares que no se compadecen, en nada, con la realidad actual y, por ende, no llegan a satisfacer sus necesidades más elementales; tomando en cuenta que, como trabajadores, hemos venido aportando al IESS durante toda nuestra vida laboral, contribuyendo así, de manera tangible, al engrandecimiento de la patria. (O)
Fabiola Carrera Alemán, Quito