Estoy muy de acuerdo con la sugerencia de erigir a la ilustre dama guayaquileña fallecida Yela Loffredo de Klein una efigie en la plaza Colón cercana al barrio Las Peñas, donde esta insigne escultora vivió hasta sus últimos días.
Y creo que esta sería la oportunidad de oro para remover de esta plaza el busto del terrorista Che Guevara, que no toca ni pito ni flauta en ese lugar en nuestra ciudad ni en nuestro país. Así como se removió la estatua del dictador Kirchner del edificio de la Unasur en Quito, los guayaquileños queremos vernos también libres de todo vestigio de esos socialistas corruptos, que solo han traído desgracia, pobreza, hambre y miseria donde quiera que sientan pie. Este individuo Guevara no tiene ninguna relación con nuestro país y peor con nuestra ciudad, nunca hizo nada por ella. Así que a cuenta de qué se le concede un lugar en la cuna del nacimiento de nuestra ciudad, que bien puede ser ocupado por alguien que llenó a Guayaquil de tanta gloria como fue nuestra querida Yela. (O)
Nelly Mercedes Lozada García, Guayaquil