Se considera pandemia a una nueva enfermedad o una variación de alguna ya existente que se propaga a gran escala.

La bacteria Yersinia pestis fue la causante de la peste negra, o peste bubónica, de la Edad Media: la primera pandemia que se propagó en el siglo XIV. Entre 1348 y 1353, la peste negra acabó con más de un tercio de la población europea y también llegó a los continentes asiático y africano.

Los artistas del medievo comenzaron a plasmar la cercanía de la enfermedad y la muerte. La Danza de la Muerte de esa época representó un recordatorio de la fugacidad de la vida y la inutilidad de los placeres terrenales.

La Danza macabra se representó pictóricamente en la serie de grabados de Hans Holbein el Joven publicados en 1538. Más tarde, Pieter Brueghel el Viejo realizó una de las obras más representativas basadas en la peste: El triunfo de la Muerte.

En la literatura, la peste también quedó plasmada en obras como El encuentro de los tres vivos y los tres muertos, con una temática similar a la Danza macabra.

Aún con el paso de los siglos, la peste negra continuó siendo un tema recurrente entre grandes pintores. En 1637, Rubens en Las consecuencias de la guerra le dedicó un espacio central entre los grandes males del mundo. En 1823, Goya pintó La peste, y en 1898, Arnold Böcklin pintó un óleo homónimo.

En 1918, el mundo se enfrentó a una nueva pandemia: la gripe española, la cual en un solo año se expandió por Europa, Asia, África y América. Aproximadamente, entre el 3 y el 6 % de la población mundial falleció a causa de esta segunda gran pandemia.

Los pintores Gustav Klimt y Amedeo Modigliani, y el escritor Guillaume Apollinaire fueron víctimas de la gripe española. A diferencia de la peste negra, en la gripe española hubo sobrevivientes que pudieron plasmar artísticamente su visión de la enfermedad. El pintor expresionista Edvard Munch se enfrentó a la terrible enfermedad, y tras ello dejó testimonio de su padecimiento en 1919: Autorretrato después de la gripe española.

En la actualidad vivimos la mayor pandemia registrada desde la Edad Media, si bien han surgido virus como el SARS, el ébola, AHN1, etcétera, ninguno de ellos ha llegado a tener el nivel de propagación que está teniendo el coronavirus que produce la enfermedad denominada COVID-19, lo cual pone en evidencia el estado de indefensión en el que vivimos a pesar de contar con toda la tecnología y avances científicos que no existían cuando ocurrió “la Gran Peste” europea.

No me cabe duda de que esta experiencia aterradora y altamente reflexiva va a plasmarse en las obras de muchos artistas de distintos géneros, estampando la memoria de esta atroz pandemia, desde una perspectiva indiscutiblemente conectada con la sensibilidad y esencia humana, que brotará de las mentes de muchos pintores, literatos, dramaturgos, cineastas y fotógrafos contemporáneos. Esta historia se encuentra en su clímax, nosotros en estado de luto e incertidumbre, esperando que este capítulo llegue pronto a su fin. (O)