En estos días he recordado la carta del jefe indio Seattle al presidente de Estados Unidos en 1855, cuya lectura recomiendo. En nuestro país vemos que se pelean las prefecturas con las alcaldías por las competencias (de lo que les conviene), total, ningún estamento ni el Estado central hacen nada por solucionar de manera efectiva problemas de décadas, por ejemplo, no entiendo por qué no asfaltan las vías de acceso a las comunidades rurales, no tengan alcantarillado, (¿acaso no pagan impuestos?). No nos vayamos lejos, en zonas periféricas que permitieron que se invadan cuando se empezó a construir la avenida Perimetral de Guayaquil, no tienen servicios básicos.

Vergüenza debe darnos ver que son cordones de miseria y los gobiernos se tiran la pelotita de a quién le corresponde hacer las obras. Ya lo dijo Juan Pablo II cuando vino al país en 1985, que nadie se sienta tranquilo mientras haya en el Ecuador un niño sin escuela, una familia sin vivienda, un obrero sin trabajo, un enfermo o anciano sin adecuada atención. Pero parece que dormimos más anestesiados.

Cantinflas en su magistral película Su excelencia, nos mueve la conciencia al ver las diferencias abismales entre países y en una misma sociedad si los que queremos trabajar no deseamos que se nos interrumpan la labor, deberíamos atender los reclamos de aquí de la tierra que claman al cielo.(O)

Cristhiam Carpio Castro,

Daule