Hemos sido testigos de acusaciones y aclaraciones de la obligatoria lucha que autoridades deben librar contra el virus del VIH-sida. Advierto errores de concepto que deben aclararse.

Cuando una persona se contagia con el VIH no es posible comprobar de inmediato su presencia con exámenes de sangre. Las pruebas de primera generación detectaban la presencia de anticuerpos contra el virus, recién a los tres meses de haber tenido el contagio es el “período de ventana”, aquel que con el paciente positivo no es posible aún detectar la presencia de anticuerpos. Este período hoy con los test de cuarta generación se reduce a tres semanas, con una sensibilidad y especificidad prácticamente del 100%. De ahí que llama la atención el alto índice de falsos positivos y falsos negativos, que nos hace pensar que los test o no eran de buena calidad o que la preparación de quienes los interpretaban no era la adecuada. Todo es parte de la lucha contra la enfermedad, pero esto es detección temprana y no prevención. Se habla de prevención cuando educamos a la población para que evite contagiarse, o protegemos a los neonatos para que su madre VIH positiva no lo contagie. Eso es prevención. Detectar el virus a los tres meses o semanas es diagnóstico temprano. Es muy grave reportar un falso positivo a quien no tiene el virus, por el daño psicológico, social y familiar que se ocasiona. Cierto que se puede repetir el examen, pero eso es más gastos y no estamos en condiciones de hacerlos, en especial si se trabaja con criterios clínicos y epidemiológicos y con material comprobado que no tenga tanto margen de error como aparentemente tienen los sets que se están usando. Más grave es que a una persona diagnosticada y hasta en tratamiento, se le diga que no tiene el virus y abandone el tratamiento. Hacer la prueba rápida a todo paciente que va a operarse es otro error y gasto muchas veces no justificado. Debe hacerse la prueba sí a personas y grupos en riesgo. Falta más comunicación y concientizar. Burócratas por televisión de tanto “aclarar” oscurecen más, sin ser quienes día a día enfrentan pacientes en condiciones no adecuadas.(O)

Rogelio Morales Cattani,

doctor, diplomado en VIH-sida, Guayaquil