De acuerdo con la Organización Mundial de Turismo (OTM) en el 2017 América del Sur tuvo un aumento del 8% en las llegadas de turistas internacionales, cifra que revela el limitado aprovechamiento de los magníficos recursos naturales y culturales que posee esta zona para realización de actividades turísticas. Ecuador, país biodiverso, pluricultural, podría obtener importantes ingresos económicos al desarrollar su potencial turístico en los sectores rurales.
En informes de la FAO para América Latina, los focos más duros de pobreza e inseguridad están en las áreas rurales con predominio del trabajo informal y temporal. Ante esta realidad el turismo rural y una de sus modalidades, el agroturismo, surge como factor dinamizador de la economía y expresión de la multifuncionalidad de la agricultura, ya que ambos sectores, agrícola y turístico, se complementan a partir de sus recursos y posibilidades para plasmarse en novedosos negocios que mejorarán la calidad de vida, como lo refiere la OMT. Al ser el agroturismo una actividad que se desarrolla en el entorno rural, los turistas comparten experiencias con familias en un ambiente natural, en labores cotidianas que van desde tostar y moler un buen café, ordeñar el ganado, participar en la cosecha, elaborar quesos, conservas, chocolates; asistir a festividades del campo...; se convierte en un viaje a las raíces de una nación. Entre los beneficios del agroturismo están generar conciencia turística en la población favorecida, ocupar (trabajo) a personas entre la población sin fuentes de ingreso, sensibilización sobre la ecología y cultura, experiencia educativa única... Posicionar localidades rurales como destinos agroturísticos demanda capacitación de sus pobladores en la organización social para fortalecer la administración y gestión de sus recursos, administración de nuevos emprendimientos, comercialización de productos...; sumado a las ventajas que ofrece nuestro país: posición geográfica privilegiada, rico patrimonio cultural, cercanía entre sus regiones... El Estado está llamado a generar políticas que conjuguen intereses del sector turístico, agrario y de comunidades rurales para revalorizar la identidad y territorialidad rural, mejorando la calidad de vida.(O)
Guillermo Zambrano Mohauad,
23 años, economista; Guayaquil