El presidente Lenín Moreno, con Decreto Ejecutivo Nº 633 (01/2019), publicó la Política de la Defensa Nacional. El ministro de Defensa, general (s.p.) Oswaldo Jarrín, actualizó el documento llamado “Libro Blanco”, que fue aprobado por el Consejo de Seguridad Pública y del Estado.

Cabe anotar que el primer Libro Blanco se publicó el año 2002 durante el gobierno del doctor Gustavo Noboa y su ministro de Defensa almirante (s.p.) Hugo Unda. El segundo Libro Blanco fue actualizado en el 2006 en el gobierno del doctor Alfredo Palacio y su ministro de Defensa –el actual ministro–. Así, nos encontramos ante la tercera publicación de dicho Libro, pertinente porque cambian escenarios, amenazas y riesgos.

El Decreto hace referencia a dos leyes que deberían ser actualizadas: Ley Orgánica de la Defensa Nacional (2007, modificada 2009), que dice que las Fuerzas Armadas son parte de la fuerza pública, una de sus misiones es “garantizar el ordenamiento jurídico y democrático del estado social de derecho”, ya no consta en la Constitución 2008.

Y la Ley de Seguridad Pública y del Estado (09/2009), este gobierno eliminó el Ministerio Coordinador de Seguridad y la Secretaría Nacional de Inteligencia (mal recordada Senain). Se establecen cinco objetivos estratégicos para el cumplimiento de la política: 1°. Ejercer el control efectivo del territorio (…) y recursos de las áreas estratégicas. 2°. Apoyar a las instituciones en la protección de la población (…) por conmoción interna y desastres. 3°. Fortalecer las capacidades estratégicas de las FF.AA. (…), defensa, integridad territorial y soberanía. 4°. Contribuir a la cooperación internacional (...). 5°. Contribuir al desarrollo nacional...

Los objetivos 1°. y 3°. son directos para las FF. AA., los objetivos 2°., 4°. y 5°. son complementarios a su misión; lo que conduce al análisis de una de las enmiendas a la Constitución realizada por el anterior gobierno (2015). “Artículo 158: Las Fuerzas Armadas tienen como misión fundamental la defensa de la soberanía e integridad territorial; opino, y complementariamente apoyar en la seguridad integral del Estado de conformidad con la ley. Tres años más tarde la Corte Constitucional derogó las enmiendas por inconstitucionales (08/2018). ¿En la Constitución debe o no debe constar “y complementariamente, apoyar…”?

En el Libro Blanco se establecen amenazas como grupos irregulares armados, bandas delincuenciales organizadas, terrorismo, narcotráfico y otros conexos. La misión de enfrentar, en la mayoría es de la Policía Nacional, ¿entonces quién complementa a quién? También se menciona que compartimos espacios políticos con organizaciones internacionales, incluye a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), entiendo que Ecuador salió de esta organización en agosto del 2018, en respuesta a la crisis venezolana. Se dice: “Se destaca, además, la cooperación de socios estratégicos como Estados Unidos y China, quienes contribuyen a la seguridad hemisférica bajo mecanismos de cooperación”. ¿Cómo lo hace China?

El terrorismo sí es una amenaza presente, tangible, concreta, así lo demuestran los hechos terroristas como la poderosa explosión de un coche bomba dentro de la Escuela de Policía en Bogotá, Colombia, que dejó entre los muertos a una cadete ecuatoriana y dentro de los heridos una cadete ecuatoriana; y las acciones terroristas que Ecuador sufrió los primeros meses del año pasado, que cobraron la vida de tres periodistas, dos civiles y cuatro infantes de marina, dejaron heridos y destrucción de bienes. ¿Cuál es la política del Estado y Gobierno, hay o no hay negociaciones con terroristas? Hago eco de la política escrita en el decreto “Política de la Defensa Nacional como una política pública participativa y producto de una reflexión integral…”.(O)

Raúl Hidalgo Zambrano,

capitán de navío (S.P.), Guayaquil