La medicina guayaquileña, con su trayectoria llena de reconocimientos por los frutos logrados y materializados en personas que han grabado sus nombres en la historia de la medicina nacional y regional, siempre tuvo en el Hospital General que luego fuera el Luis Vernaza, su más preciado soporte para la formación de las nuevas generaciones de médicos. Con la creación del Ministerio de Salud, y después de mucho tiempo el Estado construyó el Hospital del Suburbio, y el IESS el Hospital Regional 2, los cuales contribuyeron significativamente en la formación de los médicos a través de convenios docentes.
Pero el anhelo de desarrollar la docencia y la investigación médicas hace que se cree un impuesto a pagar por los empresarios guayaquileños para la construcción de un Hospital Universitario. Con idas y venidas se lo construyó, puso en funcionamiento, cambió de dueño y de funciones, y ahora se lo devuelve a su dueño original: La Universidad de Guayaquil, convertido en un centro de cuidados materno-infantil.
La Universidad es el espacio donde se produce conocimiento, y el Hospital Universitario deberá ser el que en donde, mediante la docencia y la investigación se encuentre soluciones a los problemas de la salud de la población. La docencia debe ser más que transferir conocimientos y artes de maestros a alumnos, debe ser la acción conjunta para desarrollar métodos adecuados y modernos para que esta transferencia sirva para el presente y futuro de la medicina ecuatoriana profundizando en el estudio, diagnóstico y tratamiento de enfermedades complejas, raras, catastróficas que requieren tiempo, recursos, estudio, tranquilidad. Y la investigación debe dedicar sus esfuerzos a buscar la solución nuestra a los problemas de la salud, en los campos administrativo y médico; desarrollar técnicas, procedimientos, tratamientos, implementos, equipos, etcétera. Esta inmensa tarea es imposible de lograr si el personal del hospital está abrumado por las tareas asistenciales comunes a cualquier otra unidad del sistema de salud.
La docencia e investigación deben ser ejes transversales presentes y predominantes en toda la organización, y el funcionamiento del Hospital Universitario. Definitivamente no debe ser administrado por el Ministerio de Salud puesto que su función prioritaria es política por lo que se enfoca en dar atención, no necesariamente de la mejor calidad, a la mayor cantidad de pobladores posible. Sus estadísticas son descriptivas y poco sirven para la administración, los contratos y nombramientos están fuertemente influenciados por el factor político, los cambios de autoridades son frecuentes y anárquicos dependiendo de avatares políticos. Nada de esto es compatible con un centro dedicado a la docencia e investigación. Hay que revisar conceptos administrativos, métodos de contratación y adquisiciones, fuentes de financiamientos, alianzas estratégicas. Crear conocimiento.
Es necesario que la comunidad universitaria, la Facultad de Ciencias Médicas abra una discusión amplia, serena y científica sobre el deber ser de este hospital. ¿Debe ser uno más en donde los estudiantes de las ciencias de la salud realicen prácticas para su formación profesional, o deberá cumplir además otras funciones trascendentes que lo caractericen y distingan como Hospital Universitario?(O)
César Eduardo Guerrero Yrigoyen,
doctor en Medicina, Guayaquil