Tras conocerse los resultados de los comicios del domingo, en los que el ultraderechista Jair Bolsonaro ganó la presidencia de Brasil con el 55,16% de los votos, organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional, Human Right Watch (HRW) y Greenpeace consideraron que dicho triunfo representa un riesgo para las minorías, y anunciaron que harán una supervisión constante a favor de la protección de los derechos fundamentales.
HRW llamó a las instituciones democráticas a resistir “cualquier intento del gobierno de Jair Bolsonaro de debilitar los derechos humanos, el Estado de derecho y la democracia”.
En tanto que en París, desde ayer, más de 150 representantes de países en la Cumbre Mundial de Defensores de los Derechos Humanos discuten cuál es el camino a seguir para las próximas dos décadas; tratan sobre la defensa de la libertad de prensa, en referencia al caso del periodista saudita asesinado Jamal Khashoggi, los derechos de las mujeres y la situación en Siria, Brasil y Burundi.
Al saberse ganador, Bolsonaro ofreció “un Gobierno decente que trabajará para todos los brasileños”. Que así sea, por el bien de la región. (O)