Huevada, según la RAE: Relativo al huevo. Asunto, situación.
-En México: platillo que se prepara con huevos de gallina. “Tráigame, por favor, una huevada”.
-En Venezuela y en Argentina: una tontería. “¿Qué huevada hiciste ahora?”.
-En Ecuador: sinónimo de porquería. “¡Qué huevada lo que pasó!”.
En Chile, todo el mundo es un “huevón”.
Ni me hice malhablada ni es mi intención ofender a nadie, menos ahora que tenemos la crisis del huevo.
Todo comenzó cuando salieron de Bélgica hacia el resto de Europa millones de huevos contaminados con un insecticida prohibido en animales destinados al consumo humano. Según la OMS, los huevos tóxicos representan un peligro para los riñones, el hígado y pueden matar.
También hay otros huevos que matan, huevos que al ser lanzados “con infinito amor” u odio aniquilan el orgullo de los expoderosos.
Hablando de Bélgica, recordé a Rafael Correa, él vive allá, de donde salieron los huevos malos. Dicen que no logra disfrutar a plenitud el tiempo con su familia. Ahora puede callejear por plazas en Bruselas, deambular por los teatros, centros comerciales y museos. Sin embargo, no le es fácil.
“Rumiar” es lo que hacen las vacas. Mastican la comida una y otra vez, sin que eso parezca tener fin. Correa hace lo mismo, pero con sus pensamientos. Le quita el sueño la consulta de este domingo. Una papeleta con 7 preguntas que concretará su legado y su futuro. Los ecuatorianos volveremos a votar por tercera vez en menos de un año para decidir, entre otras cosas, si Correa puede regresar al trono o se queda como uno más en el reino de Bélgica, país natal de su mujer.
Correa retornó al país para su campaña por el No y se mojó de enojo cuando vio cómo le llovieron huevos, basura, insultos lanzados de parte de ese pueblo que dice estar insatisfecho con la que fue su gestión. Ayer en Esmeraldas, el expresidente, la “exmajestad”, tuvo que ser rescatado por la Policía. La misma entidad ante la cual se paró soberbio y desafiante, aquel fatídico 30-S, desgarrándose la corbata, gritándoles: “Mátenme”. Ayer lo salvaron de una turba enardecida.
La consulta popular de Moreno me suena más a un medidor de poder para que los hijos de una pareja separada, en los peores términos, decidan a qué papá quieren más. Un romance que fue frágil como la cáscara de huevo.
Los calificativos del ex al actual rompen cualquier posibilidad de reconciliación: traidor, mentiroso, demagogo, politiquero. Moreno cuestionó el estado económico heredado, lo señala de haber detenido la “Revolución Ciudadana” que “estaba en marcha” y hasta de entenderse con la corrupción. En medio, entonces, los hijos debemos escoger el Sí o el No.
Volviendo a la “huevada” que recibió y sigue recibiendo Correa, muchos de ellos habrán sido en el pasado sus seguidores, “gente de manos limpias y corazones ardientes”. ¡Cómo es la vida, ¿no?!... ahora tuvo que blindarse de la lluvia de sus reclamos con escudos, paraguas y custodia de agentes. Correa acudió al Twitter y los calificó de “tirapiedras”, sentenció: “¡Ahora los violentos se sienten dueños de la patria!”... Me suena a letra de una canción conocida.
(O)