En Latinoamérica como en el Ecuador existen grandes enemigos del desarrollo agropecuario, uno es el cambio climático que lo podemos percibir y algunas veces controlar, ocasionado por la deforestación de los bosques, el mal manejo de las cuencas hidrográficas, el uso indiscriminado de agrotóxicos, la emanación excesiva de CO2, el aumento indiscriminado de las fronteras agrícolas sin control, la tala antitécnica y así podemos seguir detallando causas.
Otro enemigo del desarrollo agropecuario es la letal intermediación voraz sin escrúpulos y ataque al productor agropecuario, y ha sido casi imposible erradicar.
Existen dos instancias en el comercio de materias primas agrícolas, una, la oportunidad de mercado en donde toda la cadena productiva desde el productor, el comercializador y el consumidor final ganan; y el oportunismo de mercado en donde el intermediario tiene ingentes ganancias pagando bajos precios al productor y vendiendo a altos precios a las cadenas de distribución, y por ende, al consumidor final.
Estuve en Ambato con líderes de asociaciones agropuductivas en las oficinas de la Prefectura de Tungurahua, para tratar temas de los
precios bajos y el comercio justo de materias primas agrícolas.
En el Ecuador por ley las prefecturas provinciales tienen entre sus competencias el desarrollo agroproductivo de sus territorios. Ejemplo de articulación entre Prefectura de Tungurahua y organizaciones agroproductivas, las que para evitar la intermediación están dando valor agregado a su producción convirtiéndola en vinos, mermeladas, jugos con presentaciones comerciales de alta calidad; otros como productores agroecológicos realizan buen manejo de producción de hortalizas orgánicas y la distribución en mercados locales.
El sector agropecuario necesita romper paradigmas y volcarse a la agroindustria asociativa, dando valor agregado sus materias primas agrícolas y fortalecer sus cadenas de valor, así nos desligaremos de la letal intermediación, levantaremos la economía y la dignidad del sector agropecuario nacional.(O)
Pedro Jijón Ochoa, ingeniero comercial, Guayaquil