Dios dijo con sobrada razón: hazte pequeño y alcanzarás el amor de los demás, hazte más pequeño mientras más grande seas.

La humildad es una virtud importante, como la moral, urbanidad y cívica, que en nuestra época eran parte del pénsum de estudios desde la primaria.

No hay remedio para el hombre orgulloso, porque ya está arraigado en la maldad. El hombre prudente medita en su corazón las sentencias de los demás y su gran anhelo es saber escuchar.

No recuerdo en qué momento sacaron del pénsum de estudios materias tan importantes que ascienden al hombre a los estándares de vida más espirituales que materiales.

Durante la presidencia del doctor Rodrigo Borja se logró decretar el reintegro de estas materias que trasladan al hombre en general al campo del buen vivir, pero hasta ahora ningún ministro de Educación ha logrado cumplir con este loable cometido.

Siempre he dicho que para que exista una educación de calidad es necesario un método tripartito, que logre inmiscuir a los padres, alumnos y profesores.

La educación parte de los hogares, que los padres den a sus hijos y que los hijos asimilen los consejos y los ejemplos que los padres les enseñen; los profesores tienen la función de cimentar la educación impartida por los padres y dedicarse a enseñar a sus alumnos en materias que les capaciten para saber defenderse en la vida, conseguir un buen trabajo que les ayude al buen vivir, bajo las normas de humildad, moral, urbanidad y cívica. (O)

Marco Argüello Ruiz
Ingeniero, Guayaquil