Los hechos que tuvieron su punto culminante la noche del 29 de mayo de 1969 corresponden a una de las jornadas de lucha más brillantes, heroicas y dolorosas protagonizadas por las y los estudiantes secundarios y universitarios de nuestro país. Un grupo de jóvenes bachilleres se tomó las instalaciones de la Casona Universitaria en la ciudad de Guayaquil, exigiendo el libre ingreso a las universidades. El desenlace fue brutal, un desalojo violento en el que participaron comandos paracaidistas del Ejército; una masacre que costó la vida de más de 30 jóvenes; la prisión y brutal tortura para 140 estudiantes.

Toda esta matanza se produjo por órdenes del gobierno de Velasco Ibarra. Cómplices de aquello fueron el Consejo Universitario de aquel entonces, el gobernador de la provincia y los llamados “carabineros”, que fueron dotados de armamento por parte de la Policía, con el fin de desalojar a los manifestantes de los predios universitarios.

La Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE) y la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) crearon en aquella época el comité de bachilleres y juntos impulsaron la lucha para abolir los discriminatorios, elitistas y selectivos exámenes de ingreso a la universidad, en pro de la democratización de la enseñanza y por una reforma universitaria que transforme a la universidad de élite en una universidad para el pueblo.

Los exámenes de ingreso no eran un mecanismo de selección académica, sino un sistema represivo que impedía a los sectores populares tener acceso a la educación universitaria. En facultades como la de Medicina solamente podían ingresar los hijos de profesores, de médicos, quienes venían de colegios privados; tanto así es que tan solo 5 de cada 100 aspirantes podían entrar a la universidad. La eliminación de las pruebas de ingreso costó la vida de 30 estudiantes. Las universidades tuvieron que reconocer el libre ingreso fruto de la lucha estudiantil.

En la actualidad, el libre ingreso ha sido eliminado de raíz desde la aprobación de la Ley Orgánica de Educación Superior, que determinó la creación de un Sistema Nacional de Admisión y Evaluación (SNNA), que en sus artículos 80 y 81 contempla la rendición de un examen unificado para todos los estudiantes del país que deseen ingresar a estos centros de estudio. Al recordarse 45 años de esta gesta estudiantil, es menester reflexionar si las medidas adoptadas desde el régimen para ingresar a la universidad son represivas, frente a los anhelos de la juventud de acceder a una carrera universitaria. Según datos oficiales, aproximadamente 500 mil bachilleres se han quedado fuera de la universidad a partir de agosto del 2011, fecha en la cual el SNNA inició su aplicación. Aún quedan dudas de qué está pasando con los estudiantes que no accedan a la universidad pública. Muchos de ellos tal vez se están endeudando para poder recurrir a una universidad privada, ¿será que el resto se está insertando en el campo laboral sin haber podido estudiar?

En homenaje a esos héroes estudiantiles, el 29 de mayo fue designado como el Día de los Estudiantes Ecuatorianos.