Luego del ataque con explosivos perpetrado el 14 de agosto pasado en las calles Décima entre la I y la H, los moradores de este sector del Cristo del Consuelo se han organizado para desarrollar iniciativas que apuntan a la erradicación de la violencia criminal partiendo desde los más pequeños.

Fiama Mercado, una de las moradoras cuya casa se hundió luego de dicho atentado, refiere que la tragedia les dejó una enseñanza: organizarse y luchar unidos por sus derechos ante las instancias estatales.

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Así surgió la idea de crear la fundación Transforma, que está en proceso de obtener personería jurídica.

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¿Qué planean con esta iniciativa?

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Ella cuenta que la idea tiene un carácter netamente social, para ayudar a niños, jóvenes y adultos mayores. “En el caso de los jóvenes tenemos un plan para el próximo año (este 2023) buscar capacitaciones, tratar problemas como la drogadicción. A los niños transmitirles enseñanzas de sus deberes, en la parte cultural. Así vamos a empezar a dar capacitaciones”, expone la mujer que es una de las dirigentes del lugar.

Hasta el momento la fundación tiene cuatro integrantes, que son parte de las familias afectadas en el sector.

Este ataque atribuido por el Gobierno nacional al crimen organizado vinculado al narcotráfico causó la muerte de cinco personas y otros 20 ciudadanos resultaron heridos. Además, la explosión provocó destrozos en once viviendas y dos automotores.

Las casas ya fueron reparadas gracias a la gestión de un candidato a la Alcaldía de Guayaquil que logró donaciones de materiales de construcción para este fin.

Mercado y muchos moradores de la Décima entre la I y la H creen que hubo indiferencia de las autoridades luego de la explosión, pero aseguran que eso los ha motivado a estar unidos ahora.

Así es la calle 8, sector del Cristo del Consuelo donde explosión de gran magnitud provocó cinco muertes

La mujer, de 29 años, es socióloga de profesión, pero actualmente está desempleada. Ella cree que el ataque criminal que sufrió el sector demostró una especie de estigmatización de quienes viven en una zona popular, pegada al estero Salado, en la que hay predios cuyos dueños no tienen escrituras ni ningún otro documento.

Es madre soltera y a más de su hijo vive con un sobrino, Por ambos espera que los objetivos de la fundación se cumplan para contrarrestar esta situación que percibe.

Conocido como calle 8, este sector del Cristo del Consuelo era popular por las fiestas y bailes clandestinos que acogían algunos inmuebles de allí sin mayor control. (I)