No podía hablar. Estaba en shock, sin reaccionar. Así recibieron a Elisa, una comerciante guayaquileña de 40 años que sufrió un robo e intento de secuestro en el norte de Guayaquil.

Ella recibió amenazas a inicios de este año. Le mandaron mensajes de WhatsApp y también le dejaron un panfleto que tenía que pagar $ 200 por tener seguridad en su negocio de comida.

Ella decidió seguir trabajando. Tenía que reunir para pagar una deuda. Sin embargo, luego que antisociales llegaron a amedrentar su negocio el pasado martes, 9 de enero, ella entró en una crisis de pánico que la llevó a recibir atención psicológica.

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Ese día se produjeron diversos disturbios en Guayaquil, el que causó más conmoción fue la incursión y asalto a TC Televisión que generó temor y angustia en toda la ciudad.

Elisa fue una de las afectadas. En su sector, en Bastión Popular, antisociales acudieron a amenazar a los negocios de esa zona.

Según cifras de Segura EP, existen 233 llamadas por denuncia de actos de extorsión, es decir, unas quince llamadas diarias. Esta cifra es mayor comparada con la del año pasado, cuando se registró un promedio diario de cinco llamadas, un total de 1.500 casos de extorsión denunciados el 2023.

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El delito de extorsión creció en un 390 % en Guayaquil y el de asesinato en un 70 % en este 2023

De estos ciudadanos afectados por la delincuencia, algunos buscan atención psicológica debido a condiciones extremas de inseguridad que vivieron.

La psiquiatra Julieta Sagnay comentó que se han incrementado las atenciones diarias por afectaciones relacionadas a la salud mental debido a eventos de extorsión y robo.

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Los diagnósticos fueron ansiedad, estrés postraumático, depresión, pánico e incluso pensamientos suicidas.

“Sienten miedo constante, tienen paranoia. Es una angustia extrema, algunos más graves que han sufrido secuestro no pueden ni siquiera hablar. Es una situación psicológica que los incapacita emocionalmente, están desconectados de la realidad”, manifestó la doctora.

Ella explicó que el cerebro se llena de cortisol y esto envía mensajes a todo el cuerpo, que sienta, por ejemplo, que no pueden respirar, no pueden caminar.

“Son síntomas somáticos que el médico tiene que estabilizar al paciente para que él vuelva a la voluntad, pueda conocer cómo evitar volver a caer en crisis”, comentó.

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Incremento de enfermedades psicológicas en el hospital Bicentenario luego de ataques violentos. Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: José Beltrán

La Dirección de Salud del Municipio de Guayaquil también registra un incremento de consultas psicológicas y hasta de psiquiatría debido a los malestares que provocaron los acontecimientos de la semana pasada.

El doctor Juan Carlos González, director de Salud e Higiene, explicó que en estos días se han atendido en el hospital Bicentenario muchos casos de ansiedad, depresión e incluso algunos pacientes con pensamientos suicidas que tuvieron que intervenir de emergencia.

En el Guasmo central, comerciantes de la avenida Doctora Mariana Argudo manifestaron que también han sufrido extorsión por antisociales.

¿Las personas que realizan extorsiones en negocios pueden ser ligadas a actos terroristas cuando usan explosivos en sus ataques?

Uno de los comerciantes de esa avenida, que prefirió no identificarse, comentó que lo “vacunaron” (extorsionaron) desde junio del año pasado.

Él contó que le tocó negociar para tener seguridad, pero igual un día llegaron antisociales de otra banda a querer vacunarlo, por lo que se asustó mucho.

En la Trinitaria, en el sur, integrantes de una cooperativa de tricimotos explicaron que también fueron amenazados, que les toca pagar entre $ 5 y $ 7 semanales para rodar con tranquilidad en ese sector.

“Si no pagas, se te suben a la tricimoto, te amenazan, te persiguen. Uno vive asustado, pero tiene que salir a trabajar, no queda de otra”, manifestó. (I)