Otro gremio golpeado por la violencia es el de los taxistas. Ellos desde temprano están en las calles de Guayaquil, pero cuentan que pese a recorrer la ciudad, han visto reducidos sus ingresos desde el 9 de enero, fecha en la que el Gobierno declaró el conflicto armado interno tras una serie de ataques en varias localidades.

Ese día no solo se suspendieron las clases presenciales, sino que también algunas empresas se acogieron al teletrabajo para evitar que sus colaboradores tengan que salir de casa.

Jorge, quien desde 1996 maneja un taxi, dice que definitivamente hay menos gente en la calle y que trabaja máximo hasta las 19:00.

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Sostiene que traslada a los usuarios del trabajo a la casa y ya nadie vuelve a salir pese a que el toque de queda empieza a las 23:00.

Piensa que la ciudadanía hasta evita ir a centros comerciales o bancos luego de lo sucedido en el estacionamiento de un mall de Urdesa, donde el 9 de enero dos guardias fueron acribillados por sujetos armados que llegaron a incendiar vehículos para crear caos.

“Antes la gente salía aunque sea para tomarse un helado o ir al cine. Ahora no; todos están encerrados en sus casas y eso nos tiene sin ingresos”, menciona el conductor que este lunes llevaba a un pasajero hasta la avenida de las Américas.

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Él calcula que ahora está ganando la mitad de lo que meses atrás percibía, lo que ha afectado a la economía de su familia.

Con él coincide Freddy, quien trabaja para la cooperativa de taxis de un centro comercial del norte de la urbe. Explica que no están llegando tantos visitantes como antes y que la gente se va temprano, aunque asegura que la percepción de inseguridad ha bajado con la presencia de los militares.

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Aunque el toque de queda empieza a las 23:00, los taxistas dicen que la gente sale del trabajo y se va directo a sus casas. Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: El Universo

Quienes trabajan en transporte privado también han sentido la reducción de trabajo.

Jaime A., quien tiene más de una década dedicado al transporte de personal, dice que desde el 9 de enero ya no trabaja en las noches como siempre lo hacía.

Comenta que después de algunos años nuevamente están merendando con su familia, antes a esa hora normalmente estaba trasladando pasajeros.

También expresa su preocupación por el tiempo que duraría la medida y si se va a retomar el toque de queda que termina en marzo, pues comenta que tiene que pagar las cuotas de tres carros.

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Dos de los vehículos los alquila a choferes de confianza. Menciona que antes de las 20:00 estos conductores le entregan los carros en su casa y se retiran a descansar. (I)