Nelson, un adolescente de solo 15 años, se quitó la vida la noche del viernes 15 de diciembre en Guayaquil. Su familia lo encontró colgado en una habitación de su casa y pese a los esfuerzos por reanimarlo, fue declarado sin signos vitales.
Este lunes lo sepultaron en un cementerio local ante el desconsuelo de sus familiares y amigos, pues el menor solo horas antes de suicidarse había participado de la fiesta navideña de su colegio.
Pese a que solía ser un joven tímido, ese día bailó y cantó con los otros estudiantes.
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Sus compañeros comentaron que lo vieron muy animado y eso los dejó asombrados.
Y es que ese cambio de actitud es una alerta en estos casos, cuenta William Muñoz, jefe médico de la Empresa Pública Municipal para la Gestión de Riesgos y Control de Seguridad de Guayaquil Segura EP, quien dice que no solo la gente visiblemente deprimida atenta contra su vida.
El funcionario explica que en el último trimestre en Guayaquil se ha detectado un incremento en tentativas y suicidios consumados.
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En octubre hubo 47 llamadas y en noviembre 69, pero este mes de diciembre el alza fue alarmante, indicó el profesional de la salud.
Él detalla que se pasó de 6 alertas en diciembre del 2022 a 44 hasta este lunes 18 de diciembre. Es un incremento del 630 %.
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De hecho, solo este fin de semana, desde el viernes 15 hasta el domingo 17, ingresaron cinco llamadas y en tres de los casos se consumó el suicidio.
Nelson no fue el único que falleció, otros dos hombres jóvenes se quitaron la vida este fin de semana. Un joven de 21 años del Cristo del Consuelo decidió ahorcarse mientras su familia dormía.
Las personas con conductas suicidas son jóvenes, tienen entre 21 y 40 años en promedio, según la data que lleva Segura EP.
Las mujeres son las que más piden ayuda
Las alertas son atendidas y derivadas inmediatamente a psicólogos, quienes detallan que principalmente las personas que llaman a pedir ayuda son las mujeres y que en el caso de los hombres las llamadas que llegan suelen ser por suicidios ya consumados, dice la psicóloga Adriana Coronel.
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La profesional revela que este mes en Guayaquil siete personas se han quitado la vida: seis hombres y una mujer. Seis de ellos se colgaron y la séptima decidió tomar pastillas.
Además, hubo trece intentos de suicidio: nueve mujeres y cuatro hombres fueron atendidos y estabilizados por los psicólogos que los derivaron al hospital Bicentenario o de Neurociencias para un tratamiento especializado.
Ella cuenta que ha conversado con quienes ya tienen la pistola en la cabeza o el cuchillo en el cuello y ha logrado que dejen el arma a un lado y hablen de lo que les pasa y se dejen ayudar por profesionales.
También destaca el caso de un hombre de 50 años que llamó a la línea de ayuda hace unos meses y conversó con ella algunos minutos, incluso le pidió que llamara a su hijo, pero este no quiso comunicarse con su padre.
“El señor se tomó veneno mientras hablaba conmigo, fue muy duro convencerlo para que permita a los bomberos entrar y ayudarlo. Finalmente lo pudieron llevar a un hospital y le hicieron un lavado estomacal. Espero que siga yendo a las consultas psicológicas”, relata la profesional que lleva tres años laborando en esta línea de ayuda.
Coronel también recuerda el caso de un hombre que se tomó 60 cápsulas de paracetamol para matarse y lo consiguió. (I)
