La inseguridad en las carreteras ecuatorianas se ha recrudecido con los recientes asaltos violentos en la zona del anillo vial de Quevedo, en la provincia de Los Ríos.
La noche del 23 de julio, un bus que cubría la ruta Guayaquil-Tulcán fue atacado cuando circulaba por esta área. La unidad transitaba por la vía cuando hombres armados aparecieron de los matorrales y, apuntando sus armas hacia el parabrisas, obligaron al conductor a detenerse.
Los delincuentes agredieron al chofer, lo obligaron a abrir la puerta y le exigieron el dinero.
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Este incidente es parte de una tendencia creciente de asaltos en carreteras, lo que ha llevado a una disminución de viajeros en frecuencias nocturnas y a pedidos urgentes de acciones por parte de las autoridades gubernamentales.
Antes de la medianoche del jueves 25 de julio, pasajeros de otro bus interprovincial y el conductor de un vehículo de carga pesada fueron baleados en el anillo vial de Quevedo. Los delincuentes, según testigos, se movilizaban en dos camionetas y tras realizar detonaciones, obligaron a parar la marcha de los vehículos.
En una entrevista con este Diario, el viceministro de Seguridad Pública del Ecuador, Fausto Íñiguez, abordó la problemática de los asaltos en las vías de la Costa y subrayó la necesidad de que la Policía Nacional recupere el control de las carreteras.
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Actualmente, la mayoría de los controles en las vías están a cargo de agencias de tránsito municipales, lo que, según Íñiguez, no es suficiente para enfrentar la delincuencia organizada que opera en estas áreas.
“Estamos recuperando la presencia policial en las carreteras. Vamos a ser muy fuertes en este tema. Queremos que la policía identifique plenamente los puntos de control permanentes que vamos a tener”, afirmó Íñiguez.
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“Necesitamos recuperar una Policía de Tránsito, una policía de control en carreteras, una policía preventiva”, agregó, pero sostuvo que para esto necesitarán recuperar herramientas legales.
El viceministro mencionó que la estrategia incluye la creación de controles fijos en las carreteras y la colaboración con otras instituciones, como aduanas, para abordar de manera integral la cadena de delitos, incluyendo el tráfico de armas y drogas, así como la trata de personas.
“La intención es construir cuarteles fijos para realizar controles contundentes de seguridad y realizar inspecciones antidrogas que nos permitan minimizar el impacto del narcotráfico en el país”, explicó.
Íñiguez también habló de la conexión entre la delincuencia común y los grupos delictivos organizados (GDO). “La delincuencia común se articula con los grupos delictivos organizados. Siempre son ese brazo articulador, pero todos estos individuos se conectan. Un delito nos lleva a otro delito”, señaló.
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Las autoridades han asegurado que mantendrán un aumento de operativos en carreteras, también pidieron a la ciudadanía la colaboración proporcionando información que pueda ayudar a identificar a los delincuentes y prevenir futuros asaltos.
Los transportistas hicieron esta semana una caravana con dirección al Palacio de Carondelet, en el centro de Quito, para pedir al presidente de la República, Daniel Noboa, mayor seguridad para realizar su trabajo.
Ciudadanos aseguran que la situación en las carreteras ecuatorianas, especialmente en la zona de Quevedo, requiere una atención inmediata y la implementación de medidas de seguridad efectivas para garantizar la tranquilidad y el bienestar de los viajeros. (I)